"Esos son los misterios de la Biblia.... Más vale callar ante lo que no se sabe.
-De esto se trata, de guardar silencio y de no enseñar cosas que, ignorándolas, pueden ser dañosamente interpretadas. Habría que dejar a cada uno interpretar estos pasajes según su grado y modalidad personal, o bien borrarlos de las ediciones públicas.
-También a vos os atacó la Reforma!
-¡Ay, Antonio! La Reforma y todas sus escisiones son sólo los comienzos de la desintegración de toda una máquina colosal, muy bien montada, pero con arena en sus cimientos. Sólo el conocimiento de la Verdad hace libres a los hombres, y las distintas sectas parecen rivalizar en ignorancia. ¡Inútil es cambiar de yugo lo esencial es dejar de ser buey! Oíd mis palabras, Antonio, porque ellas son los heraldos de la fatal realidad de los hechos. Los siglos venideros reirán antes los "cuentos" bíblicos, frente a su aparente cronología en la que los hombres disminuyen ochocientos años de longevidad en media docena de generaciones, y del desmañado -pueblo elegido-. Estudios arqueológicos, fisiológicos y etimológicos, pulverizarán la letra muerta y sólo los no instruidos creerán en eso, mientras que los inteligentes comenzarán por ridiculizar la Biblia para terminar negando a Dios. Cuando el mundo advierta que dentro de esa letra muerta hay un espíritu de verdad poderoso, que son anales extraídos y recopilados de otros decenas de veces milenarios, que allí todo es simbólico y que el mal no estuvo jamás en ellos, sino en las mentes de quienes coartaron la libertad de pensar, será tal vez demasiado tarde. Entonces, otra vez la Voz de la Divinidad retornará a la Tierra, y este mundo nuestro se hundirá en el olvido, junto a tantas y tantas religiones que, llenando un papel fugaz en la historia, han dejado paso a las formas que todos conocemos. Nos enseña Platón que las cosas duran tanto como aquello con lo que se identifican: si la Fe se hubiese identificado con la Verdad, ésta sería eterna; más sus uniones ilegítimas con la violencia, la prepotencia intelectual y la impureza, sólo pueden concebir hijos bastardos que, en breve tiempo, tal vez cinco o seis siglos, mutilarán a su madre hasta matarla, dando paso a un espantoso ateísmo, tumba de todo lo real, de todo lo bueno."
fragmento de EL ALQUIMISTA
JORGE ANGEL LIVRAGA
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