viernes, 29 de junio de 2018

Las Formas mentales y cómo se dominan


Como la popularización del "esoterismo" (falacia: lo esotérico, al vulgarizarse y darse a conocer a muchos no suficientemente probados, pasa a ser "exotérico"; el Esoterismo real jamás será divulgado «a tontas y a locas» ha creado muchos conceptos y opiniones evidentemente deformadas y carentes de fundamento sólido, lo que, a la larga, beneficia solamente al materialismo y excepticismo históricos, y produce un creciente número de personas destrozadas psíquica y físicamente por los "aficionados" a las llamadas Ciencias Ocultas. Por ello, vamos a poner en claro algunos puntos fundamentales con una intencionalidad puramente profiláctica.

Una forma es siempre mental

La forma no es la materia que la refleja, contiene o expresa. Debajo de una hoja de papel ponemos un imán y sobre ella limaduras de hierro, veremos que el simple amontonamiento anárquico de estas partículas toma la forma de los husos magnéticos emitidos por el imán. La forma de los husos no proviene de la materia, sino de la orientación magnética e invisible que genera el imán. Así, la forma material responde siempre a una forma ya existente en los planos sutiles o energéticos. La variedad de forma energética más sutil que conocemos es la forma mental, pues aun la forma del imán fue pensada, y su magnetismo responde a una modalidad de la Mente Cósmica, adaptada por la mente humana bajo la apariencia del imán. La mente humana es sólo una "cristalización" de la Mente Cósmica en la cual está inserta su voluntad de ser: lo que los indos llaman Manas Taihasi.

Por lo tanto, la forma material es siempre pasajera y perecedera; y vive tanto como la forma mental que la alienta.

Una forma mental tiene gran fuerza


Dada la plasticidad de los planos sutiles, una Idea-Forma tiene una gran efectividad, pues se adapta como Ser para plasmarse en la Substancia del mundo fenoménico, que es el que vulgarmente percibimos. Una forma mental, debidamente expresada y alimentada, produce inexorablemente cambios en la esfera de lo material, que siempre se deja arrastrar por ella, ya que la materia no tiene ni forma ni voluntad, fuera de su propia existencialidad.

Así se encadenan las corrientes de opinión, las modas, la propaganda. Son meras formas mentales dirigidas a obrar sobre la materia después de haber ejercido su poder sobre las mentes abúlicas de los hombres masificados. El llamado en España "chaquetero" no es más que una víctima de esas corrientes, debidamente apoyadas en la robotización de las formas materiales, pre-programadas por formas mentales. Los colores, los sonidos y músicas, las actitudes, las maneras de vivir constituyen la "moral" del momento, o sea, la "costumbre" que rige a las masas. En la lucha de las formas mentales, la más organizada y fuerte se impone, y con los restos de las ideas vencidas construye refuerzos para su propia forma.

Una forma mental tiene gran fuerza pero no es invencible

Acabamos de ver, a grandes rasgos, el poder de una forma mental. ¿Se la puede vencer?

Sí; con otra forma mental de signo contrario y mayor fuerza, sobre todo espiritual, ya que los actos y voliciones expresados en los planos más sutiles tienen prioridad sobre los menos sutiles, que son más lentos y frágiles, por su propia "vitrificación". Una Idea-Forma, motivada por el espíritu y bien delineada por una mente poderosa, puede sobreponerse a las ideas-forma de los vicios y de todo aquello que tenga que ver con el inestable mundo psicofísico. Toda mujer, todo hombre, tienen en su seno espiritual la fuerza necesaria para plasmar y emitir formas mentales. La general debilidad de las emisiones se debe al desconocimiento de la técnica y a las dudas que en sus propias almas ha sembrado la deficiente educación actual, que entroniza la fragilidad, la duda y el capricho. Pero las mentes disciplinadas por el esfuerzo, la voluntad de ser, la carencia de vicios e ideas circulares que consumen energía sin salir de su órbita, ofrecen interesantes oportunidades  de vencer toda forma de adversidad, transmutándola en experiencia positiva y en hechos exitosos. Recordemos que, ultérrimamente, una forma mental se vence tan sólo con otra forma mental. La disciplina física, la higiene, las canciones, los bellos panoramas, los sentimientos altruístas son auxiliares invalorables en la lucha contra una mala forma mental. Son ayudas la oración y el trabajo, el sentido heroico de la generosidad hacia nuestros semejantes y la propia dignidad de la persona.

¿Cómo se domina definitivamente una forma mental?


Primeramente, venciéndola dentro de nosotros mismos.

Quien no se domine a sí mismo jamás podrá dominar su entorno, pues si bien lo analizamos, su primer entorno lo constituyen sus propios vehículos de conciencia en lo pasional, vital y físico.

Quien, sometido a circunstancias más o menos normales, no puede levantarse de la cama por las mañanas aun deseándolo firmemente, no sueñe con levantar ideologías ni tener seguidores, salvo que se trate de tontos. Quien se alza dentro de sí mismo y da la cara a la adversidad o al maleficio es el único que puede vencer esas circunstancias. Quien no lo hace y se rodea de los insectos invisibles de la suciedad mental, es un muerto que camina... y pronto le alcanza la muerte física sin haber dejado en el mundo huella de su paso.

Lograda esta primera fase, la siguiente consiste en ponerlo en práctica de una manera sistemática, sin claudicaciones ni interrupciones. Sabemos que muchos estudiantes odian visceralmente toda forma de disciplina, pero este rechazo ha sido provocado artificialmente por oscuros intereses cuyos "testaferros" son los materialistas de cualquier signo o los pseudoespiritualistas de exóticas anarquías, atrapados por su propia campana magnético-biológica, que los bestializa.

Es fundamental no "dormirse en los laureles", pues la forma mental nefasta pudo haber sido rechazada pero no transmutada. Si pensamos en la plasticidad de las formas mentales, veremos qué difícil es estar seguro de que las hemos dejado atrás. Esa seguridad la darán los cambios que ocurren en la vida de la persona que ha hecho el esfuerzo. Si física, vital, psíquica y mentalmente es más limpio y puro, es que ha triunfadoSi no ocurre eso, sino que se han reemplazado con drogas u obsesiones fanáticas, la vieja forma mental negativa sobrevive, con distinta apariencia.


Un ambiente puro, sanas compañías, rectos medios de vida. Evitar a los "santones" que dan "iniciaciones" en un cursillo de verano; son el más sano preventivo trabajar y estudiar activamente. No dar al sexo más importancia que la que tiene. Cultivar el Amor, la Generosidad, las Artes, Letras y Ciencias. Evitar excesos en el comer, beber y fumar. Mantener todos los días, al acabar la jornada, un breve pero fecundo análisis de conciencia. Creer, no por costumbre, sino por convencimiento interior, en Dios y en la inmortalidad del Alma. Rechazar el mal venga de donde venga. Preferir siempre las músicas y ambientes espirituales a las desenfrenadas orgías. Todo ello conforma un seguro dispositivo vital que nos salvaguarda de caer en las redes de las formas mentales que nos son ajenas.


Quien vive de la forma arriba indicada, se transmuta, lenta pero inexorablemente. Vive a la vez un Tiempo Nuevo, pletórico de felicidad, rico en matices, cargado de posibilidades de triunfo en todos los planos. A ellos no les afectan las formas mentales pasajeras y no se dejan llevar por catastrofismos. Saben que la Voluntad, cabalgando formas mentales nuevas, jóvenes y poderosas, lo vence todo. En cierto modo, ni la muerte existe para estos seres pues se han imbricado en la Vida-Una, la que no cesa jamás. Se renueva, pero no se detiene nunca, con la marcha misma de la Naturaleza.

Un Nuevo Reloj marca para ellos tan sólo horas felices; ellos marchan con el tiempo nuevo. 

Septiembre de 1980-
 Jorge Angel Livraga Rizzi-fragmentos

Por qué no recordamos nuestras anteriores reencarnaciones?




"Todo el mundo recuerda tan sólo instantes breves, fugaces, pero que fueron importantes en su vida, muy importantes. Entonces, una vida de cuarenta o de cincuenta o de sesenta años, puede ser resumida simplemente en cinco, seis, siete horas. De ahí que no solamente no recordamos nuestras encarnaciones anteriores, ni siquiera recordamos la actual encarnación, y tanto es así, que vamos viviendo un poco de instante en instante.

Si a estos jóvenes que me están escuchando les doy un fuerte empujón, en ese momento dejan de escucharme. No voy a hacer la prueba pero en ese momento no me escuchan. ¿Por qué? Porque desciende la conciencia. ¿Qué pasa entonces? Que la conciencia, como dirían los budistas, es como un mono que sube y baja del árbol; la conciencia sube y baja. Si entramos a una iglesia y vemos los altares, el incienso, oímos palabras de paz, palabras de cordura, de espiritualidad, nuestra conciencia sube. Ahora bien, salimos fuera, y decimos: "Oye, ¿dónde venderán bocadillos?", porque nos dió hambre. Ahora la conciencia ha bajado al estómago.

¿Por qué no recordaremos las encarnaciones pasadas, ya que hemos supuesto que las tenemos? Pues no las recordamos, aunque alguno las recuerde, sencillamente porque nuestra conciencia está excesivamente aferrada a este momento histórico, y mal aferrada a este momento histórico, o sea, hay conciencia de este momento histórico, pero no como un eslabón de una amplia cadena de momentos históricos.

No creo que podamos escapar a esta inconsciencia solamente mediante formas de meditación o de poner la mente en blanco. Porque cuando volvemos de esas meditaciones o de esa mente en blanco somos los mismos que éramos antes, exactamente iguales. Lo que hace falta es un cambio paulatino y profundo que se base en elementos cotidianos y no exóticos, de tal suerte, que una persona pueda seguir trabajando pero al darle a su trabajo un contenido diferente, una comprensión superior, ese trabajo se va conformando para él en un instrumento de purificación y de conciencia, de tal forma que ese trabajo ya no es un peso que le aplasta, sino su forma de poder vivir en el mundo y de poder entender la naturaleza. Cuando esa persona quiera leer un libro, en lugar de leer un libro que le incline a las bajas pasiones, va a tratar de buscar uno que le supere, aunque sea un tebeo que nada más le entretenga, pero por lo menos no le va a pudrir por dentro, no le va a crear una podredumbre interior. Y le va a hacer volverse un poco como un niño. Porque según lo que uno piensa es en lo que se va convirtiendo poco a poco. Entonces, todas nuestras ideas, todo nuestro vocabulario se va convirtiendo así.

Hoy en día hay una vulgarización, hay un empequeñecimiento, una enanocracia, que es precisamente ante la cual nos rebelamos. Pretendemos recordar lo que fuimos. Tenemos derecho a ello. Hemos sigo algo, Hemos sigo algo, si no ¿por qué somos todos diferentes? Si Dios es justo, si es bueno, si es como un padre, tiene que dar por lo menos las mismas oportunidades a todos sus hijos. ¿Dónde hay un padre tan malvado que a uno de sus hijos los alimente bien, le dé todas las oportunidades, y a otro le dé de comer piedras? No, no hay un padre tan malvado ni aun en la Tierra, tendría que ser un verdadero depravado. ¿Cómo entonces puede hacer nacer a alguien jorobado o cojo o pobre, o con una serie de pasiones que le carcomen, y a otro le hace nacer bello, rico, inteligente, espiritual? ¿Por qué unos encuentran la compañía de su vida y otros no la encuentran jamás?¿Por qué unos tienen acceso no solamente a las riquezas del mundo sino también a las riquezas del alma, y otros no tienen acceso nada más que a trabajar como esclavos toda la vida hasta que alguna vez una viga que se desplaza o una piedra que se cae los mate, los hunda en el fangoEs obvio que hay un karma, que hay una causa de todo ello.  Y si eso se da en este plano de conciencia, consecuentemente, es que hemos tenido esa experiencia en este mismo plano de conciencia, donde lo venimos a reparar, donde lo venimos a completar.  ¿Qué encarnación, qué vida nos sirve para para todo, para cumplir todo lo que querríamos hacer?


De alguna manera todos nuestros sueños se van a plasmar en algo, y también nuestros terrores nos vienen de alguna parte. Si somos todos diferentes es porque tenemos diferentes formas de haber vivido a través de miles de encarnaciones. ¿Cómo podemos recordar nuestras encarnaciones pasadas? Os dije una de las claves: convertir nuestro trabajo, lo que estemos haciendo, no en un martirio, sino en una forma de realización; y también estudiar los viejos textos. Platón, por ejemplo, en muy pocas palabras dice una verdad enorme, por boca de Sócrates:

"Quién nace de la vida?
La muerte
¿Y quién nace de la muerte?
Es preciso confesar que la vida.

Entonces, de lo que ha muerto es de donde nace todo lo que tiene vida. Los vivos nacen de los muertos lo mismo que los muertos de los vivos"

Que hablemos de estas cosas, y que además de hablar de estas cosas, ejecutemos los elementos necesarios para nuestra purificación, que nos vayan llevando poco a poco al conocimiento de nosotros mismos. No solamente el conocimiento aquí y ahora, sino también el conocimiento en el pasado, porque si conocemos nuestro pasado tendremos también la certeza de nuestro futuro. Entonces, dejaremos de sentirnos como subhombres, terminará la enanocracia, los hombres tendrán su verdadera dimensión y ya no tendrán fe en Dios simplemente por miedo, sino que tendrán fe en Dios por convencimiento, porque verán a Dios en todas las cosas, porque su inmortalidad no será un elemento más de creencia o un razonamiento, sino que su inmortalidad será algo efectivo y válido en cada momento de su vida, y les bastará un simple esfuerzo de la voluntad para salir de su cuerpo, entrar de nuevo y saber que no se muere saliendo del cuerpo.

Esto no es un cuento ni una paradoja, es una realidad, una realidad de poderes que hemos olvidado, una realidad de conocimientos que yacen quizás en continentes sumergidos…. No se accede a este tipo de conocimiento y este tipo de experiencias en un año ni en dos; ni poniendo la mente en blanco, en verde o en rojo. No. A esto se accede trabajando a través tal vez de toda una vida. A esto se accede dejando un poco de lado la suciedad del mundo, volviendo a ser limpios, volviendo a ser como los niños. A esto se accede teniendo verdaderamente amor en el alma, descartando los métodos violentos, descartando todo aquello que nos separa de nuestros hermanos que son los hombres, y aún de nuestros hermanos menores que son los animales, los vegetales y las piedras.

Debemos tener ese sentido de armonización con toda la naturaleza. La naturaleza es generosa, es como una madre, si le damos uno nos da diez, y si al mismo tiempo pensamos en ella como en un camino en donde se puede ver más allá del horizonte; entonces, empezamos a saber y sobre todo a vivir.Ya no precisamente demasiados libros ni demasiada razón ni demasiada lectura, porque la real filosofía, no es la imagen que os han dado en el siglo XX de un señor angustiado que va con cinco o con diez libros debajo del brazo. No, el verdadero filósofo es el hombre que puede apreciar los amaneceres, los atardeceres, la caída de las hojas; es el hombre que sí lee libros pero también los escribe, es el hombre que pinta, que hace música, que conversa, es el hombre que trabaja, que sabe que con cualquier cosa que haga si lo hace con verdadero sentido de realización está llegando y acercándose a la realidad".





Fragmentos de la conferencia:
 "¿Por qué no recordamos nuestras anteriores reencarnaciones?"  
Jorge Angel Livraga Rizzi- Mayo 1981
"Magia, Religión y ciencia para el III Milenio" Edt. N.A.

miércoles, 27 de junio de 2018

LOS SIETE CAMINOS DE LA REALIZACIÓN ESPIRITUAL



El primer camino, pues, sería el camino de la voluntad. Todos sabemos que la voluntad se manifiesta en una suerte de deseo interior que pretende llevar a cabo alguna acción. Actualmente, nuestra voluntad se ve amenazada por una masificación artificial que aprovecha los cauces de la propaganda de masas, así como distintos elementos, que propicia la plutocracia del manejo de las grandes sumas de dinero, y que acaba por arrancarnos nuestro verdadero ser interior. Cuando pedimos algo, generalmente no pedimos lo que queremos, sino lo que la propaganda hace que queramos. Cuando se va a votar no se hace por un sentir interior, sino por lo que se leyó en los carteles o por lo que nos introdujo artificialmente cualquier medio de comunicación. Esa voluntad no es nuestra, sino que nos la han incrustado desde afuera.


De ahí que tengamos que robustecer el camino de la realización de la voluntad a través del individuo interior. No hablamos de individualismo, en el sentido de un egoísmo que nos separe de los demás, sino de ser quienes somos, no por orgullo, sino por amor a la verdadporque ni Dios ni nadie puede quitarnos nuestra propia esencia, el ser quienes somos. Con nuestros defectos, con nuestras pequeñeces, con nuestros miedos interiores y con nuestras dudas, somos, sin embargo, cada uno de nosotros, piezas irrepetibles de la Naturaleza. Somos diferentes, y tenemos, precisamente en nuestra singularidad, un valor especial, como si fuésemos pequeñas artesanías hechas a mano, creadas por la mano de Dios, de tal manera que tenemos una marca particular que nos indica que no hemos salido de ninguna especie de cadena de montaje.
El segundo camino es el de la intuición, el de la religiosidad. En él, es fundamental la iluminación espiritual, aunque hoy en día esta expresión da lugar a muchas interpretaciones.

Debemos entender que los colores se ven porque existe la luz. Si la luz se apaga, todo se verá casi del mismo color, y en la oscuridad no vamos a distinguir la luz ni el color. Es la luz la que nos permite ver los colores. Sin luz no podemos distinguir las cosas.

Del mismo modo, para poder asentar nuestros valores necesitamos luz, espiritualidad y, en palabras simples, religiosidad. No creemos que el hombre se diferencie del animal simplemente por un problema evolutivo, sino, precisamente, porque el hombre puede ser religioso. El hombre más primitivo, perdido en las selvas, en las sabanas, en las montañas lejanas, pone una piedra sobre otra y adora al Ser Desconocido, creador del universo. Este hombre levanta su brazo y trata de señalar el horizonte de donde le vienen todas las cosas. Ningún animal puede hacerlo; ningún animal siente en sí la religiosidad.

Hoy, que vivimos en un mundo de ciega competencia, ¡qué hermoso sería un poco de amor!, pero no en el sentido común de la palabra, sino un amor profundo que, como dijo Jesucristo, nos haga amar a los demás como a nosotros mismos, y aun en algunos casos, más todavía. Ese sería un seguro camino de la realización.

El tercer camino de la realización pasaría a través de la mente. Hay quienes afirman, sobre todo en ciertas escuelas demasiado influidas por un orientalismo mal entendido, que no hay que razonar ni pensar.

Una vez le preguntaron a Sócrates de dónde venían los muertos, y él contestó que de los vivos. Luego, le preguntaron de dónde venían los vivos, y él dijo que de los muertos. Explicó toda la teoría de la reencarnación en solo cuatro palabras. Si se piensa bien, se ve que, sea o no cierto, desde el punto de vista racional, tiene una cierta lógica imbatible.

Los sistemas de silogismos, encadenados de una manera correcta, son necesarios para la comprensión de un mundo que tiene un trasfondo lógico. De ahí que se hable del logos del mundo, de su parte inteligible. De ahí también que, aun en los libros religiosos, que utilizan palabras sencillas para llegar a todo el mundo, dicen que fue «el Verbo, o sea, «la Palabra» aquello que despertó todas las cosas.

La razón concreta y cotidiana nos da la posibilidad de un conocimiento aproximado, ya que podemos medir, pesar y comparar. Un objeto es viejo comparado con otro más moderno, y nuevo comparado con otro más antiguo, o grande y pequeño siguiendo similar comparación. Sin embargo, algo no puede ser viejo y nuevo a la vez, o grande y pequeño al mismo tiempo, por lo que vemos que es preciso utilizar otra vía para poder entender el mundo y entendernos a nosotros mismos, y saber dónde está la verdad; por la vía cotidiana las cosas se nos esfuman, al carecer de cualidades reales. De ahí, ese tercer camino, el camino eminentemente filosófico a la manera clásica, de la mente pura y abstracta.

El cuarto camino es el de la realización a través de la mente concreta. Sería la posibilidad que tenemos de ensamblar y reunir las cosas materiales, manifestadas. Podemos trazar una serie de cálculos, de apreciaciones, y gracias a eso, podemos hacer negocios, escribir libros, conversar, basándonos en una comprensión de lo cuantitativo y evidente. La memoria nos permite recordar y nos ofrece esa pequeña conciencia de saber quién es cada uno de nosotros. Este es el cuarto camino de la realización
El quinto camino es el de las emocionesConocí a un viejo filósofo hindú, hace muchos años, que me decía que no se puede matar una emoción baja, un instinto, con la simple razón, sino que hay que transmutarla, y, de alguna manera, convertirla en una emoción elevada. Así pues, podemos elevar nuestras emociones. No hay que emocionarse solamente por una comida o una buena botella de vino, sino que también es necesario poder emocionarse con Wagner, con un cuadro, con una escultura, con el Partenón o con las pirámides. Hace falta, a veces, llorar en medio de la noche, pensando en los que tienen hambre o frío, y en los que tienen miedo.

Las emociones deben ser como los árboles. Deben levantarse verticales y abrirse hacia el cielo, en innúmeras manos, como las ramas de los árboles, en donde haya pájaros que canten y nidos que prometan nuevas primaveras. Este es el quinto camino de la realización: a través de la emoción, la emoción alta que se siente en presencia de una obra de arte o de nuestros seres queridosHay que elevar el alma, levantar el ánimo, tener emoción no solo para las cosas de abajo, sino también para las de arriba.

Todos los árboles necesitan raíces, pero las raíces se justifican por los troncos verticales y las ramas. Si los árboles no tuviesen troncos verticales y ramas, y pájaros, y frutos, y flores, ¿de qué nos servirían? Un árbol sería solamente un trozo de materia hundido en el suelo. Y estamos cansados de trozos de materia hundidos en el suelo

Queremos levantar nuestras emociones. Queremos volver a emocionarnos con la amistad, con el amor, con el heroísmo, con la lealtad. Queremos sentimientos de verdad, al estilo platónico, que sean capaces de darlo todo y no pedir nada. Ese sería el quinto camino.

El sexto camino de la realización es aquel que nos viene de la parte vital. De la sola observación de la vida podemos captar todo aquello que Dios nos ha dado en esta tierra.

Si miramos atentamente, si vemos cómo ha sido diseñado un pez, de qué manera vuelan las aves, sus formaciones en «V» (que fueron aplicadas en los aviones), que los pájaros utilizan desde hace millones de años porque cortan mejor el viento, comprenderemos la sabiduría que encierra la vida.

Antes de que los físicos descubrieran la capilaridad, la vida hizo subir la savia por los troncos de los árboles y por los tallos de las rosas, permitiéndonos tener flores y perfumes. La vida es lo que hace reír a los niños y pone paz en los ojos de los ancianos, porque saben –aquellos que son sabios– que la vida no comienza ni termina, sino que sigue, va más allá de la muerte y estaba también antes de nuestra cuna.

Este sería el sexto camino de la realización a través de la observación de la vida, y a través de una vida recta, de una vida limpia, de una vida ordenada, de una vida que no  haga daño a los demás.

Finalmente, el séptimo camino de la realización es el camino físico. El camino físico es el más simple y a la vez el más difícil de todos, sobre todo en este momento histórico. Todos los pueblos, todos los hombres han creído siempre que vivían un momento especial de la historia, estamos en un gozne histórico, estamos incluso ante el probable advenimiento de una nueva Edad Media, dado que los sistemas que nos rigen, en la práctica, son completamene inoperantes.

Hace falta una gran renovación, hace falta un cambio profundo para que todo esto siga marchando. Y marchará porque la humanidad se ha levantado mil veces de catástrofes mayores. Pero hace falta volver a nuestras raíces, a las cosas tal cual son, nos hace falta salir un poco de la mentalidad consumista, de la vida estilo "cadena de montajes", nos hace falta volver a hacer las cosas con las manos, sentir de nuevo la piedra y la madera, ponerle a las cosas nuestro sello personal. Y ése es el séptimo camino de realización.

No podemos escoger un camino u otro, tenemos que reunir todos estos caminos porque el hombre es una amalgama. Somos lo uno y lo otro y lo que desconocemos...En mí está lo físico, está la vida, están las emociones, están los pensamientos, están las intuiciones que nos hablan al oído, está también el alma, y está el espíritu, aquello que permanece más allá de todas las cosas, aquello que en los fracasos nos dice, como Cristo a Lázaro: "Levántante y anda"

En este mundo injusto, en este mundo donde existe la explotación, en este mundo donde existe el miedo, en este mundo donde existe la violencia, tenemos que levantar de nuevo nuestros estandartes espirituales, sin miedo.  Las adversidades deben ser para nosotros peldaños en los cuales apoyarnos para subir más arriba, para llegar más adelante.

Que nadie reniegue de su propio ser, que nadie reniegue del hecho de ser un ser humano. Marchemos siempre adelante

 Jorge Angel Livraga Rizzi-1984
fragmentos de conferencia
MAGIA, RELIGIÓN Y CIENCIA PARA EL TERCER MILENIO -TOMO VI
Edit. N.A.

martes, 26 de junio de 2018

La Belleza indestructible de la Naturaleza





...Nosotros, somos notas vivas sonando conjuntamente en tu armonía ¡oh naturaleza!
 ¿Y quién podría romperla? ¿quién puede separar a los que se aman? ¡Oh alma, alma! ¡Belleza del mundo indestructible, fascinante en tu eterna juventud! 
Tú existes; ¿qué son, pues, la muerte y todo el sufrimiento de los hombres?...
 Las arterias se dividen, pero vuelven al corazón
 y todo es una única, eterna y ardiente vida."


*Friedrich Hölderlin*
_("Hiperión")

sábado, 23 de junio de 2018

El "Yo" -Vivekananda



El “Yo"
(El svrami Vivekananda.— Filosofía Yoga

- Un deva y un asura fueron a consultar a un gran sabio para que les instruyese
acerca del conocimiento del “Yo”. 

Después de pasar muchos días absortos en las sublimes enseñanzas que fluían de la boca del sabio, éste les dijo en resumen: “Tú eres ese mismo ser que buscas conocer y al que llamas Yo”.

Los dos consultantes se retiraron creyendo que su efectivo “Yo Esencial” era su cuerpo físico, y añadieron: “Ya no tenemos por qué preocuparnos de más cosas, y pues que nuestro cuerpo es el verdadero Yo nuestro. Comamos, bebamos, gocemos y pasemos la vida lo más agradablemente posible, libres de toda clase de preocupaciones”.

Como la naturaleza del asura o demonio fuese grosera y torpe, no se inquietó por saber ya más, satisfecho al creer bajo el supuesto testimonio del sabio que la Divinidad estaba en él y que por ese “Dios Interior” o Yo no debía nunca entenderse sino su cuerpo físico al que suministraba así la más regalona de las vidas.

Pero el deva, cuya naturaleza era más refinada, pensó al fin: “Creyendo que mi Yo es mi cuerpo, he tratado de conservarle lo más fuerte y sano posible y le he dado todos los goces. Sin embargo, semejante vida de bestia parece bien poco conforme con la naturaleza de un Dios.  Debe, pues, haber aquí algo más elevado, y que no he alcanzado aún a comprender”. Y se fue de nuevo junto al maestro, diciéndole:
Señor, ¿no me enseñaste que este mi cuerpo es mi Yo? Si es así, yo no puedo alcanzar cómo envejeciendo y acabando por morir mi cuerpo, pueda él ser el “Dios interior”, quien no creo pueda morir.

El sabio respondióle, lacónico:
—Búscalo bien; tú eres aquello.

El deva al retirarse pensó que el maestro se refería más bien a las fuerzas vitales que invisibles mantenían la sintética contextura de su cuerpo y que podían acaso sobrevivir a éste. Pero al cabo de algunos días hubo de advertir que dichas fuerzas no tenían nada de permanentes, sino que, según el régimen malo o bueno que llevase, ellas se debilitaban o se robustecían. De igual modo que antes, volvió a la consulta, preguntando:
—Maestro, ¿quisiste acaso decir que el Yo eran las fuerzas vitales? —a lo que el sabio insistió:
Busca por ti mismo: En verdad te digo que tú eres Aquello.

Entonces el deva creyó poder soltar el nudo de la dificultad, deduciendo que su verdadero Yo era su Pensamiento, mas, no tardó en notar de igual modo que también sus pensamientos eran variables y su oleaje eterno semejaba al del mar, cosa que en sí nada tenía de divino o permanente. Desconsolado, consultó de nuevo, quien le dijo imperturbable:
No; tú no eres tu pensamiento sino algo por encima de tu pensamiento. ¡Tú eres Aquello inefable que no se puede nombrar con humanas palabras! ¡Busca, pues!

Buscó el deva, en efecto, cayendo al fin en la cuenta de que él era en sí ese mismo “Dios interior” que tan en vano buscaba: el Uno sin nacimiento ni muerte posible, a quien como dice el Bhagavad-Gita, ni la espada puede herir, ni el fuego quemar, ni el aire secar, ni el agua humedecer, porque es él sin principio ni nacimiento: el Eterno, el Inmutable, Invisible, Omnisciente, y Omnipotente Ser que se halla por encima de todo, lo mismo de la mente que de la vida y que del cuerpo.

De este modo el deva quedó al fin satisfecho, pero el pobre diablo no consiguió percibir la verdad a causa de su mismo apego a su deleznable cuerpo. Existen, en efecto, sobre la faz de la Tierra muchas de estas desdichadas naturalezas demoníacas. Por eso quien se propone enseñar algo que tienda al aumento de los goces de los sentidos, encuentra fácilmente numerosas gentes que le sigan, pero el que intenta mostrar a la Humanidad el camino que conduce a la suprema meta, difícilmente halla quien quiera escucharle.

Muy pocos hombres están lo bastante evolucionados para aspirar así a lo que es imperecedero, y menos todavía los que cuentan con la perseverancia necesaria para alcanzarlo; no obstante, que ni el más ignorante de los hombres desconoce el hecho de que, viva nuestro cuerpo un día o un siglo, su destino postrero es el de perecer cuando la Suprema Fuerza de su Divino Yo deje de presidir a su funcionamiento.

COMENTARIO

El mejor comentario a este epígrafe es la fabulita de Schmid, conocida bajo el nombre de “El emblema de las tres violetas” y que dice así:

“Se imaginaba Alfonsito que eran del mismo color todas las violetas. Un día, no obstante, se encontró entre las acostumbradas violetas del jardín, una que era blanca y otra que era roja como el fuego. Cogió enseguida la violeta ordinaria, la blànca y la roja, llevándoselas, lleno de infantil contento, a su mamá. Estas tres clases de violetas, aunque no son tan raras como te crees, pueden constituir para ti un gran descubrimiento, si procuras no olvidar nunca que la violeta ordinaria, en su color azulado casi morado, es una imagen de la más alta espiritualidad; la violeta blanca, el símbolo de la dulzura, la inocencia y el candor, y, en fin, la violeta de encendida coloración roja, deberá decirte siempre a tu conciencia:

¡Mantén constantemente en tu corazón el más ardiente amor a lo bello, a lo bueno, a lo justo y a lo verdadero! 


POR EL REINO ENCANTADO DE MAYA
MARIO ROSO DE LUNA

martes, 19 de junio de 2018

Fuerza interior

Resultado de imagen de imagenes de arboles bonitos

Los hombres de todas partes están cansados de desconcierto, de violencia, de un culto a algo que no existe. Han reemplazado a Dios con palabras; han reemplazado a la virtud con el error; han reemplazado los valores espirituales profundos con la simple agresión; han reemplazado el poder estar frente a la vida, con protestas inútiles. ¿Y quiénes protestan? La protesta es propia de los esclavos; la acción es propia de los hombres libres. Los que tienen manos y corazón no necesitan protestar, hacen. Y lo fundamental es hacer Historia. Debemos entender que, como hombres, tenemos un pasado, y que debemos hacer penetrar hondamente las raíces de nuestra cultura en el pasado para afincarnos sólidamente, para sostenernos ante los vientos. Tal como un árbol, cuanto más profundas son sus raíces, más grueso podrá elevarse su tronco; y aún si viniese la noche, nuestros árboles estarían tan altos que podrían ver las estrellas.

No solamente necesitamos ese sentido de verticalidad hacia arriba y hacia abajo, sino también, necesitamos tener fortaleza en nuestras convicciones.

Nosotros decimos que el hombre no es una mancha de aceite, afirmamos que el hombre es una llama de fuego y que ha nacido para elevarse, para llegar arriba y dar luz; para perderse en el espacio infinito, no sin antes haber alumbrado la tierra y haber quemado la madera que le sostiene.

El hombre debe tener fuerza interior, debe tener sentido de juventud. La juventud no es un problema de cabello blanco o negro. La juventud está en el corazón y nosotros tenemos un corazón joven, y tenemos el valor de decir lo que sentimos y de hacer lo que la necesidad histórica nos impone.

Que nadie se sienta solo, que nadie se sienta pobre, porque nadie es pobre ni está solo, llevando consigo a Dios"



Jorge Angel Livraga Rizzi- 1976-fragmentos

lunes, 18 de junio de 2018

No estás solo...


Cuando todo duela y sientas que estás solo, 
te parezca que ya no puedes continuar,
mira el cielo estrellado, el Sol o el mar, 
respira su paz y serenidad, 
vacía tu mente de todo lo que te preocupa.
No estás solo aunque te sientas 
por momentos así...
Hay seres que te aman 
aunque estén del otro lado, invisibles
Recuerda, esto también pasará,
eres inmortal, 
vendrán días mejores. 
Todo lo que amas y sueñas
 te espera en algún lugar mágico
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D.V-Nefertum
19/6/2016


viernes, 15 de junio de 2018

LOS DOCE TRABAJOS DE HÉRCULES- ARRIBA COMO ABAJO

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Arriba como abajo o Los doce trabajos de Hércules (Canto Orfico) 

1. Canto a la Vida Humana, verdadera, a la vida del Alma encarcelada en su cuerpo transitorio. 
2. El Alma, la mariposa celeste que antes fue gusano y larva en viejo ciclo, perdió sus alas al girar una vez más la Rueda de la Ley y quedó aprisionada en la Materia para purificar y enaltecer a la Materia misma. 
3. Y tuvo así el alma su primer trabajo: el de darse alguna cuenta de la ignorancia o avydia que la envolvíá, para poder libertarse de ella. 
4. Era ella entonces como un niño de pocos días, que quiere coger con su mano el mudable disco de la Luna.
 5. 0 como el paria que es llevado de aquí para allá por la tiranía de sus pasiones, cual frágil barquilla con la que la onda juega. 
6. 0 como aquel loco que trataba de apoderarse de su sombra, que no era sino él mismo. 
7. Y el esfuerzo de la joven alma en este trabajo primero era como esos rayos de sol que pugnan por abrirse un débil paso por entre las nieblas del invierno. 
8. Y el Sol del alma, comenzó así a lucir tímidamente en los cielos del Pensamiento, como el Sol de los cielos empieza a lucir fecundo tras nubes y lluvias y nieves en los albores de la primavera. 
9. Y el alma volvió a empezar a amar, mas no podía definir bien qué era lo que amaba, ni dónde hallarlo, por consiguiente. 
10. Con ello el alma tenía ya un anhelo y este anhelo constituyó en sí su segundo trabajo, más duro y mortificante que el primero. 
11. Y el alma, de indefinible amor enloquecida, preguntaba doquiera ¿quién es y dónde está el amado mío? 
12. Hasta que una vez, en respuesta a su pregunta, oyó esta voz en lo más íntimo de su ser, pero sin saber de dónde partía: “¡Yo soy tú misma y me llamo Misterio! 
13. Y el alma, al oír aquella amada e inconfundible Voz, amó al Misterio, con amor imposible, porque si bien adivinaba al Misterio en todas partes, no le veía clara y distintamente en ninguna. 
14. Y la persecución quimérica del Imponderable Misterio constituyó su trabajo tercero. 
15. Hasta que, al fin de tan ímprobos como vanos trabajos, el alma empezó a comprender, que ella era la hija, la hermana, la esposa y la madre del Misterio mismo. 
16. Entonces empezó ella a conocerse, rompiendo el dulce Velo de Isis que, como a crisálida, le envolvía. 
17. Y el efectivo rasgado de este velo constituyó su trabajó cuarto, trabajo ante el cual los anteriores no fueron sino juegos de niño. 
18. También notó el alma que la verdadera luz se hacía en ella a medida que ella iba iluminando a otras almas más jóvenes sumidas aún en la noche de la ignorancia, la pavorosa noche de avydia. 
19. Y este fue el trabajo quinto, porque Cinco es el número del Pensamiento, como el Cuatro lo es de la Materia y el Tres del Espíritu. 
20. Pero el alma entonces sintió sobre sí todo el peso de la Ley, porque al cargar así con las viejas culpas de las almas recién reencarnadas a quienes instruía, no parecía sino que empezaba a sostener, como Atlante, la mole ingente del orbe sobre sus hombros, porque ya, en vez de buscar el Sendero, se había transformado en el sendero mismo. 
21. En el sufrido soportar de semejante carga, consistía precisamente el trabajo sexto.
22. Y el modo mejor de sacudirse de ella, después de satisfecha hasta agotarla, la Ley de Retribución, constituyó. el trabajo séptimo, o sea el de elevar a las almas inferiores al alto nivel suyo. 
23. Como la piedra al caer en el lago produce ondas cada vez de más amplitud y éstas, a su vez, otras al chocar con los obstáculos de la orilla, así vio el alma al final de estos siete trabajos bajo su esfuerzo, que la Rueda de la Ley comenzaba a dar una vuelta más, vuelta de la que ella venía a constituir un Centro de centros, como el Sollo es de la Tierra y la Tierra de la Luna. 
24. Porque el alma más enaltecida entre todas aquellas almas, sus discípulas, comenzó el ascenso del camino de la liberación, como el niño que llegado ya a hombre funda para sí un hogar nuevo. 
25. Por eso dijo el viejo poema de los Dhyáns, que el ala vieja se transformó en el ala nueva y en la sombra de esta nueva ala. 
26. Pero de esta nueva evolución también era responsable ante la Ley de la Justa Retribución aquel alma primera y los siete trabajos de la vieja Alma instructora, se repitieron a partir del séptimo en otros seis trabajos análogos más.
27. Y al llegarse a este décimo tercer trabajo, el alma tuvo su apoteosis ¿ epopteia. 
28. Y se identificó con Ptha el Aliento de los Bergun, el supremo Espíritu que preside a los mundos... 

COMENTARIO 
Los “himnos órficos” cantados durante los Misterios menores y base del más primitivo paganismo revelan a las claras su carácter oriental, puro y filosófico, antes de que el paganismo degenerase para las masas en el grosero fetichismo y antropomorfismo en que le hemos conocido después. La suprema ley de la Analogía resplandece en él como en todas las enseñanzas de su clase. En efecto, a medida que el alma humana, la divina Mariposa va alejándose de la ignorancia de la Tierra y acercándose a la suprema luz del Sol, su “invierno” o afelio psíquico va pasando a “primavera espiritual y a verano apoteótico”. Y como el Sol cuando nace en el solsticio de invierno, ella se ve primero envuelta en las nieblas densísimas de la ignorancia o “avydia”, sepultada bajo las nieves de su místico amor hacia el nuevo y desconocido mundo que primaveralmente presiente en sus anhelos místicos de sus amores al Misterio, de la que ella no es sino la parte mayor quizá, porque como dicen los libros de Hermes, ella es la suprema Maravilla donde se han dado cita y enlace los elementos inferiores y los superiores del Cosmos. Este punto medio o inferior del ciclo de los siete primeros “trabajos de Hércules”, es el más terrible, porque en él se ve el alma crucificada., y de él, con el trabajo quinto, ha de libertarse volando a los cielos del Pensamiento, que tal es el verdadero misterio de la Rosa en la Cruz... El peso de la ley, o séase el Karma, que entonces empieza a gravitar sobre los hombros del neófito o “nuevo nacido”, hace de él ya un verdadero Cosmocrator, es decir, un efectivo colaborador en la obra del Universo. Por eso se dice de él, como de Atlante, que soporta un mundo sobre sus espaldas; ¡el mundo que ha de ser su propia obra en evones futuros! Entonces, crucificada el alma en sus anhelos y esfuerzos, en verdadera “noche espiritual”, comienza la labor más titánica que darse puede; la de “nacer de sí misma”, rasgando el isiaco Velo que hasta aquí la ha envuelto piadosísimo en una rosada ilusión infantil, protegiéndole como las membranas que recubren al feto, y aun como el cuerpo de la madre misma protegen al que va a nacer en este nuevo mundo. Y esa ley de Retribución, cuyo agotamiento completo constituye el trabajo séptimo, no es en el fondo sino una ley de Generación espiritual, ya que, como sabemos, dicha ley sexual es la más inferior de las siete del Misterio, ley que nos hace ser hijos primero y padres después, es decir, satélites antes de un sol principal y soles luego de otros satélites o “hijos” que vienen a girar en torno nuestro como nosotros girásemos antes en la órbita paterno-materna. La “Rueda” da así una vuelta más, y, de simples “unidades” que antes éramos, pasamos ahora a “decenas” y “centenas”... 
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MARIO ROSO DE LUNA
POR EL REINO ENCANTADO DE MAYA -fragmento