"Todo el mundo recuerda tan sólo instantes breves, fugaces, pero que fueron importantes en su vida, muy importantes. Entonces, una vida de cuarenta o de cincuenta o de sesenta años, puede ser resumida simplemente en cinco, seis, siete horas. De ahí que no solamente no recordamos nuestras encarnaciones anteriores, ni siquiera recordamos la actual encarnación, y tanto es así, que vamos viviendo un poco de instante en instante.
Si a estos jóvenes que me están escuchando les doy un fuerte empujón, en ese momento dejan de escucharme. No voy a hacer la prueba pero en ese momento no me escuchan. ¿Por qué? Porque desciende la conciencia. ¿Qué pasa entonces? Que la conciencia, como dirían los budistas, es como un mono que sube y baja del árbol; la conciencia sube y baja. Si entramos a una iglesia y vemos los altares, el incienso, oímos palabras de paz, palabras de cordura, de espiritualidad, nuestra conciencia sube. Ahora bien, salimos fuera, y decimos: "Oye, ¿dónde venderán bocadillos?", porque nos dió hambre. Ahora la conciencia ha bajado al estómago.
¿Por qué no recordaremos las encarnaciones pasadas, ya que hemos supuesto que las tenemos? Pues no las recordamos, aunque alguno las recuerde, sencillamente porque nuestra conciencia está excesivamente aferrada a este momento histórico, y mal aferrada a este momento histórico, o sea, hay conciencia de este momento histórico, pero no como un eslabón de una amplia cadena de momentos históricos.
No creo que podamos escapar a esta inconsciencia solamente mediante formas de meditación o de poner la mente en blanco. Porque cuando volvemos de esas meditaciones o de esa mente en blanco somos los mismos que éramos antes, exactamente iguales. Lo que hace falta es un cambio paulatino y profundo que se base en elementos cotidianos y no exóticos, de tal suerte, que una persona pueda seguir trabajando pero al darle a su trabajo un contenido diferente, una comprensión superior, ese trabajo se va conformando para él en un instrumento de purificación y de conciencia, de tal forma que ese trabajo ya no es un peso que le aplasta, sino su forma de poder vivir en el mundo y de poder entender la naturaleza. Cuando esa persona quiera leer un libro, en lugar de leer un libro que le incline a las bajas pasiones, va a tratar de buscar uno que le supere, aunque sea un tebeo que nada más le entretenga, pero por lo menos no le va a pudrir por dentro, no le va a crear una podredumbre interior. Y le va a hacer volverse un poco como un niño. Porque según lo que uno piensa es en lo que se va convirtiendo poco a poco. Entonces, todas nuestras ideas, todo nuestro vocabulario se va convirtiendo así.
Hoy en día hay una vulgarización, hay un empequeñecimiento, una enanocracia, que es precisamente ante la cual nos rebelamos. Pretendemos recordar lo que fuimos. Tenemos derecho a ello. Hemos sigo algo, Hemos sigo algo, si no ¿por qué somos todos diferentes? Si Dios es justo, si es bueno, si es como un padre, tiene que dar por lo menos las mismas oportunidades a todos sus hijos. ¿Dónde hay un padre tan malvado que a uno de sus hijos los alimente bien, le dé todas las oportunidades, y a otro le dé de comer piedras? No, no hay un padre tan malvado ni aun en la Tierra, tendría que ser un verdadero depravado. ¿Cómo entonces puede hacer nacer a alguien jorobado o cojo o pobre, o con una serie de pasiones que le carcomen, y a otro le hace nacer bello, rico, inteligente, espiritual? ¿Por qué unos encuentran la compañía de su vida y otros no la encuentran jamás?¿Por qué unos tienen acceso no solamente a las riquezas del mundo sino también a las riquezas del alma, y otros no tienen acceso nada más que a trabajar como esclavos toda la vida hasta que alguna vez una viga que se desplaza o una piedra que se cae los mate, los hunda en el fango? Es obvio que hay un karma, que hay una causa de todo ello. Y si eso se da en este plano de conciencia, consecuentemente, es que hemos tenido esa experiencia en este mismo plano de conciencia, donde lo venimos a reparar, donde lo venimos a completar. ¿Qué encarnación, qué vida nos sirve para para todo, para cumplir todo lo que querríamos hacer?
De alguna manera todos nuestros sueños se van a plasmar en algo, y también nuestros terrores nos vienen de alguna parte. Si somos todos diferentes es porque tenemos diferentes formas de haber vivido a través de miles de encarnaciones. ¿Cómo podemos recordar nuestras encarnaciones pasadas? Os dije una de las claves: convertir nuestro trabajo, lo que estemos haciendo, no en un martirio, sino en una forma de realización; y también estudiar los viejos textos. Platón, por ejemplo, en muy pocas palabras dice una verdad enorme, por boca de Sócrates:
"Quién nace de la vida?
La muerte
¿Y quién nace de la muerte?
Es preciso confesar que la vida.
Entonces, de lo que ha muerto es de donde nace todo lo que tiene vida. Los vivos nacen de los muertos lo mismo que los muertos de los vivos"
Que hablemos de estas cosas, y que además de hablar de estas cosas, ejecutemos los elementos necesarios para nuestra purificación, que nos vayan llevando poco a poco al conocimiento de nosotros mismos. No solamente el conocimiento aquí y ahora, sino también el conocimiento en el pasado, porque si conocemos nuestro pasado tendremos también la certeza de nuestro futuro. Entonces, dejaremos de sentirnos como subhombres, terminará la enanocracia, los hombres tendrán su verdadera dimensión y ya no tendrán fe en Dios simplemente por miedo, sino que tendrán fe en Dios por convencimiento, porque verán a Dios en todas las cosas, porque su inmortalidad no será un elemento más de creencia o un razonamiento, sino que su inmortalidad será algo efectivo y válido en cada momento de su vida, y les bastará un simple esfuerzo de la voluntad para salir de su cuerpo, entrar de nuevo y saber que no se muere saliendo del cuerpo.
Esto no es un cuento ni una paradoja, es una realidad, una realidad de poderes que hemos olvidado, una realidad de conocimientos que yacen quizás en continentes sumergidos…. No se accede a este tipo de conocimiento y este tipo de experiencias en un año ni en dos; ni poniendo la mente en blanco, en verde o en rojo. No. A esto se accede trabajando a través tal vez de toda una vida. A esto se accede dejando un poco de lado la suciedad del mundo, volviendo a ser limpios, volviendo a ser como los niños. A esto se accede teniendo verdaderamente amor en el alma, descartando los métodos violentos, descartando todo aquello que nos separa de nuestros hermanos que son los hombres, y aún de nuestros hermanos menores que son los animales, los vegetales y las piedras.
Debemos tener ese sentido de armonización con toda la naturaleza. La naturaleza es generosa, es como una madre, si le damos uno nos da diez, y si al mismo tiempo pensamos en ella como en un camino en donde se puede ver más allá del horizonte; entonces, empezamos a saber y sobre todo a vivir.Ya no precisamente demasiados libros ni demasiada razón ni demasiada lectura, porque la real filosofía, no es la imagen que os han dado en el siglo XX de un señor angustiado que va con cinco o con diez libros debajo del brazo. No, el verdadero filósofo es el hombre que puede apreciar los amaneceres, los atardeceres, la caída de las hojas; es el hombre que sí lee libros pero también los escribe, es el hombre que pinta, que hace música, que conversa, es el hombre que trabaja, que sabe que con cualquier cosa que haga si lo hace con verdadero sentido de realización está llegando y acercándose a la realidad".
Fragmentos de la conferencia:
"¿Por qué no recordamos nuestras anteriores reencarnaciones?"
Jorge Angel Livraga Rizzi- Mayo 1981
"Magia, Religión y ciencia para el III Milenio" Edt. N.A.
"¿Por qué no recordamos nuestras anteriores reencarnaciones?"
Jorge Angel Livraga Rizzi- Mayo 1981
"Magia, Religión y ciencia para el III Milenio" Edt. N.A.
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