viernes, 21 de diciembre de 2018

Patologías sociales de la melancolía

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Patologías sociales de la melancolía

Nuestra sociedad moderna ha rechazado la introspección y el trabajo sobre los fundamentos que conducen a la identidad. Es por ello que se ha vuelto melancólica y suicidaria, porque esta melancolía no está canalizada. Porque la melancolía es también un modo de expresión de la rebelión del pensamiento y la manifestación la más extrema de un deseo de aniquilamiento de sí, ligado a la pérdida de un ideal y de toda esperanza. Este sentido absurdo ha sido reforzado por el pensamiento nihilista y los filósofos existencialistas.

La locura de la autodestrucción es el otro aspecto de la melancolía. Así es como se llega a nuevos oscurantismos por esta depresión debido a una falta de ideal y a la incapacidad de aceptar la muerte de los dioses y la muerte de los hombres. Al matar al dios espiritual de su conciencia, el modernismo ha matado al hombre y no a dios. Cuando Nietzsche dijo: "Dios ha muerto", los europeos pensaron liberarse pero se volvieron esclavos de la pequeñez.

Si creemos que no hay nada, lo absurdo de la vida se vuelve terrible e insoportable. En consecuencia, se van a desarrollar sociedades o situaciones en las cuales uno se escapa, porque no se quiere ver lo que sucede, y se vuelve hipócrita e indiferente. En lugar de crear bienes metafísicos, valores, se crea un no sentido. Es así que vemos aparecer un arte desencantado, lleno de demonios personales en el cual el corazón no está más. Todo se vuelve negativo y las aspiraciones más profundas son reprimidas y sólo subsisten los deseos pueriles. Incluso la esperanza parece haber sido expulsada de la caja de Pandora.

Actualmente la melancolía se sana con la píldora de la felicidad, el Prozac ya que no hay más filosofía de la felicidad. La traducción de esta visión de la sociedad nos puede conducir a un suicidio colectivo. Todo el mundo quiere escaparse pero no hay ningún lugar adonde ir. Se abandona la búsqueda de lo desconocido y del misterio.

Nuestra sociedad es una sociedad de lo efímero. No ha afrontado con discernimiento la prueba del tiempo. Juega a la aceleración, a la huida hacia adelante, el apego a la juventud, el desarraigo, en total combate con el tiempo. Es una sociedad que no ha aceptado la muerte.

Conclusión

La melancolía está cosida con dos hilos que se entrecruzan, el de la locura y el del genio. Considerarla como locura es erradicarla de sí mismo, como un cuerpo extranjero que se combate o se excluye fuera de uno. Es la satanización de Saturno, convertido en el enemigo, el diablo, la fuerza de separación, que dará en la Edad Media los vicios y en los tiempos modernos, el spleen romántico la camisa de fuerza para los locos.

La fibra del genio hace de este humor melancólico, como hijo de Saturno, una fuente de imaginación creadora y de reflexión filosófica, de visión y de fuerza de acción capaz de transformar la historia y el hombre, con su capacidad de asumir la tristeza de la imperfección y de la impermanencia del mundo de las apariencias y hacer el duelo de todo apego trabajando en cada momento en la búsqueda de una perfección constante, para encarnar progresivamente la estrella del ideal en la materia.

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Tomar la melancolía con filosofía

"Filosofar es aprender a morir" decía Platón. La Filosofía a la manera clásica permite vencer los estados de tristeza relacionados con la desilusión y permite vivir el proceso de transformación alquímica que permitirá el nacimiento del ser. Es a través de la melancolía que será posible la expresión de la felicidad, no la que se obtiene artificialmente por el tener y las posesiones materiales, o por la dependencia del entorno, sino la de poseerse a sí mismo, que es el bien que nadie puede retirarnos. La melancolía nos hace descubrir los tesoros de nuestra creatividad y nos enseña a ver el mundo de otra manera. Permite hacer de toda acción un arte, siendo el arte supremo, el arte de vivir.

"Una nueva visión y utopía que incluyese la melancolía o el trabajo de duelo, como paradoja sería un nuevo proyecto histórico revolucionario". Así dice Jean Clair y estamos de acuerdo con ello. Para eso sería necesario que la melancolía alquimista o generosa pueda florecer de nuevo gracias a un nuevo Renacimiento.


Fernando Schwarz
Dr. I. Instituto Hermes
fragmentos de LAS TRADICIONES DE LA MELANCOLIA EN OCCIDENTE

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