lunes, 29 de abril de 2019

Ecología y Economía son lo mismo

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Durante los últimos mil doscientos años, la civilización occidental se ha visto condicionada a creer que los seres humanos somos muy diferentes del entorno en el que vivimos. Eso se debe a que, de acuerdo con las verdades ofrecidas por el paradigma previo del monoteísmo, los seres humanos llegaron a este planeta en un acto separado de intervención divina ocurrido tras la creación de todos los animales y las plantas.

Cuando el materialismo científico se convirtió en el paradigma básico de la civilización, el darwinismo ofreció una historia completamente diferente sobre nuestros orígenes, pero en esencia llegó a la misma conclusión : llegamos a este planeta por simple accidente, como resultado de un linaje inverosímil de mutaciones aleatorias.

Las percepciones erróneas sobre nuestros orígenes, promulgadas tanto por la creación monoteísta como por la evolución científica, implican que los seres humanos existen de forma independiente al medio en el que están inmersos. Si bien el monoteísmo enseña que a la humanidad se le entregó el dominio de la biosfera, el materialismo científico contribuye a nuestra separación del medio al sugerir que la misión de la ciencia es gobernar y controlar la Naturaleza.

Nuestro desatinado desapego por el entorno generó errores fatales en nuestra forma de manejar la economía. Hemos fallado específicamente a la hora de reconocer que el entorno es el recurso fundamental de riqueza. Nuestra riqueza monetaria procede de la energía del sol, que alimenta el desarrollo de toda la vida de nuestra biosfera. Nuestra riqueza monetaria procede de los recursos limitados de la Tierra y se consigue mediante procesos que nada tienen que ver con el mercado económico humano y que n están financiados por la economía humana.(más bien, ni siquiera se consideran parte de ello)

En palabras de un científico convertido en economista, Frederick Soddy: "la clorofila fue el primer capitalista". Las moléculas de clorofila son las responsables de la fotosíntesis, el proceso mediante el que la energía del sol transforma el agua y el dióxido de carbono en moléculas de azúcares nutritivos. Las células vegetales cosechan sus moléculas de azúcares creadas por el sol y las utilizan tanto para construir sus elementos básicos metabólicos como para crear su energía vital.

El crecimiento de una brizna de trigo, desde que no es más que un pequeño brote hasta que alcanza la altura de los ojos de un elefante, es posible gracias a la acumulación de riquezas nutricionales fabricadas por la clorofila de la planta. Casi toda la vida en este planeta, incluyendo la nuestra, depende de las moléculas de azúcares creadas mediante la fotosíntesis.

Los economistas Carl H. Wilken y Charles Walters demostraron que todas las riquezas presentes en la economía proceden de los materiales proporcionados por la Naturaleza. Wilken declaró: "Toda nueva riqueza procede del suelo". Tanto si son los frutos de los árboles como las bayas de los arbustos, las cosechas de los campos, los animales domésticos o salvajes, o los minerales de la tierra, todo valor palpable puede ser encontrado o procede del suelo. Incluso en la cibereconomía actual, sin la producción de los bienes procedentes de la tierra, la vida perecería.

Nuestra ignorancia acerca de la frágil red de vida del planeta nos ha impedido ver los intensos daños y estragos que causamos al saquear los recursos del entorno y luego, para echar sal a la herida, contaminamos el medio con desechos inservibles.

La riqueza de la biosfera, al igual que ocurre con cualquier otro organismo vivo, es un reflejo directo de su salud. Los bosques tropicales diezmados, la minería excesiva, las especies llevadas a la extinción, la niebla tóxica, las aguas envenenadas con fármacos, los residuos radioactivos y muchas otras catástrofes causadas por el hombre, han puesto en peligro el bienestar del medioambiente y han reducido su capacidad para generar salud y riqueza. Nuestros desencaminados esfuerzos por dominar y controlar la Naturaleza han alterado el equilibrio natural de la esfera ecológica y han exacerbado la crisis medioambiental que ahora amenaza nuestra supervivencia.

La Naturaleza proporciona a la sociedad humana muchos beneficios vitales que los economistas podrían clasificar como bienes y servicios. Los bienes básicos son los alimentos para la manutención y los materiales de construcción para el cobijo. Los servicios son la purificación, almacenaje y suministro de las aguas; la asimilación de residuos; el equilibrio atmosférico entre oxígeno y dióxido de carbono, y la regulación de las fuerzas climáticas, por nombrar unos cuantos. Los bienes y servicios que proporciona el medio pueden ser denominados en su conjunto "servicio del ecosistema" Y tanto si lo crees como si no, el bienestar de la humanidad depende completamente del flujo continuado de estos servicios ecosistémicos de la Naturaleza"

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fragmentos de LA BIOLOGÍA DE LA TRANSFORMACIÓN-2010
DR. BRUCE H. LIPTON

jueves, 25 de abril de 2019

Necesidad de un nuevo individuo, sociedad y Estado

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"La felicidad de un grupo o la felicidad de un individuo no puede basarse jamás en la infelicidad de otro individuo, o la infelicidad de otro grupo.

No tenemos qué pensar en sistemas salvadores que puedan salvar o mejorar al conjunto. Esos sistemas, en general, han fracasado. 

En el nombre de la libertad se ha llegado a quitar la libertad. En el nombre de la riqueza de los pueblos se ha llegado a empobrecerlos. En el nombre de la dignidad humana, generalmente el hombre carece de dignidad. En el nombre de todo lo bueno, hemos llegado a casi todo lo malo. Este es un camino cerrado, que no tiene salida, y sería bueno tomar otro camino completamente diferente.

Necesitamos una renovación total que parta del individuo de una manera pedagógica, reconstruyendo el individuo. 

Platón dice que el individuo es la parte interior e indivisa de cada uno de nosotros, es la chispa de voluntad, el trozo, diríamos así, de realidad y de Dios que todos tenemos dentro.
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No hay dos seres humanos iguales. No hay dos individuos iguales.  Para Platón, el logro mayor sería hacer que la parte superior de ese individuo, la parte más noble de ese individuo, pudiese gobernar y ordenar las demás partes, para crear una armonía natural en todo su ser.

Para Platón, la sociedad es un conjunto de individuos que están armonizados momentáneamente por sus intereses. Cada una de esas personas tendría una facultad, tendría una facilidad, una habilidad por encima de todas las demás. Y Platón pone el ejemplo de aquel que fabrica zapatos, del que fabrica casas o el que ara la tierra. El que fabrica zapatos, si los fabrica tan sólo para él mismo, irá él bien calzado pero no así los demás, y el que cultiva la tierra, estará él bien alimentado y los demás no.

Pero en una sociedad empieza a haber un intercambio, se piensa en un interés común y no sólo en un interés personal. De ahí que el que fabrica zapatos, fabrique zapatos para todos, y lo mismo ocurre con el que confecciona ropa o el que construye casas, y así todos disponen de los mejores zapatos, las mejores ropas, las mejores viviendas y los mejores alimentos, cosa que no se lograría jamás si los individuos estuviesen simplemente uno junto al otro, pero cada cual en lo suyo. Para Platón esto es sociedad.

La sociedad, sin embargo, es un estado transitorio entre el individuo y el Estado.  No es una etapa estable de las relaciones humanas, sino que sería algo momentáneo, para pasar a lo que Platón piensa que es la sublimación de las relaciones humanas: la construcción del Estado. Porque dice que, así como en lo material, algunos podemos hacer mejores zapatos que otros, podemos hacer ropas mejores, vehículos mejores o cualquier otra cosa, así también en la parte moral o en la parte espiritual, en aquello intangible y metafísico, algunos tendrían posibilidades que otros no tienen.

Habría alguien que podría ser más justo que los demás referente a las circunstancias que le rodean y a los casos que se le presenten. Y sería egoísta que ese hombre tan justo mantuviese esa justicia solo para sí, sería muy bueno que la sociedad aprovechase esa justicia en beneficio de todos. Y al aprovechar esa justicia en beneficio de todos, al no ser solamente un elemento autoconsultivo, sino que lo pudiesen consultar todos los miembros de la sociedad ese individuo se convertiría en juez, es decir que la sociedad le otorgaría la posibilidad de juzgar, en reconocimiento a su justicia.

Y de forma similar con todos los demás valores espirituales, como podría ser el sacerdocio. Aquel que estuviese más de Dios por su mística, por su naturaleza interior, el que estuviese más cerca de las cosas permanentes, podría hacer participar a todos los demás de esa especia de estado de gracia. Entonces él sería sacerdote para todos. Y lo mismo en todas las otras funciones de gobierno y conducción de la sociedad.

Una sociedad correctamente conducida, armónicamente dirigida por sus mejores hombres, por sus mejores componentes, por aquellos que están más cerca de la Realidad sería, para Platón, un Estado.

Muchos de nosotros hemos sido víctimas de esta especie de pseudo comunismo, para el cual todos los hombres tienen que tener el mismo criterio.  Eso precisamente ha llevado a los enfrentamientos de toda índole que hoy existen en el mundo.

Las estructuras que hoy nosotros estamos viviendo pudieron ser útiles, pudieron ser válidas en un tiempo, pero hoy ya no lo son.

Este sistema no funciona, porque ni da trabajo a la gente ni abarata el consumo de los productos que la gente necesita. Como el viejo cuento del perro del hortelano, ni come ni deja comer.

La primera causa que yo encuentro para este fracaso es el propio individuo, que está desconcertado, que carece de conocimiento sobre sí mismo.

Cuando uno no conoce algo, no lo puede manejar, no lo puede conducir.El hombre que no sabe es como el hombre que no ve, se tropieza con todas las cosas.

Y al no conocerse comete errores, comete injusticias sin querer cometerlas, comete maldades sin querer cometerlas tampoco, es víctima de su propia ignorancia, y entra en desesperación, como una aeronave que cayese en picado, en una caída hacia la vejez y la muerte que le angustia, porque no tiene conocimiento de qué es lo que le pasa a su alrededor, ni qué le pasa a él,  ni qué es nacer o qué es morir.

El individuo, en la actualidad, está completamente despojado de toda ayuda real. Me refiero a aquella ayuda espiritual y psicológica que nos puede permitir la felicidad.

Para hacer una sociedad no solamente nueva sino mejor, que pueda llegar al verdadero concepto de Estado, hacen falta nuevos individuos. Un nuevo hombre, una nueva mujer, con características completamente diferentes y superiores a las que hoy concebimos. Fundamentalmente un hombre que se conozca a sí mismo, un hombre que no tema a la vida ni a la muerte, que sepa básicamente cómo está constituido, no solamente por fuera, sino por dentro.

Eso le hará responsable de sus actos, porque cuando se equivoque, podrá el mismo retornar al buen camino... o no retornar, pero será un hombre verdaderamente responsable. No será un hombre irresponsable, no será un hombre arrastrado por las circunstancias, sino un hombre que sea eje de las cosas, un hombre que tenga voluntad, que no le importen las adversidades externas, sino que las pueda vencer.

Con relación a la sociedad necesitamos una renovación completa, la cual nos llevaría a un acercamiento real entre las fuentes de producción y las fuentes de consumo. 
Hace falta volver al campo, sin por ello dejar la industria.

Todos comemos todos los días y hace falta asegurarse de que diariamente todos tengan comida, y que,además, todos puedan tener un libro y todos puedan tener un abrigo.

En algunos lugares de Europa hemos visto que se destruye la comida para controlar la producción alimenticia y que no bajen los precios, mientras al mismo tiempo un millón de personas mueren de hambre en el norte de África. ¿Ésta es la humanidad que hemos creado? ¿Es ésta una humanidad realmente religiosa, una humanidad realmente buena, realmente libre? No, de ninguna manera.

Esta es una humanidad egoísta, es una humanidad deformada, es una humanidad asesina, es una humanidad antropófaga, que se alimenta de otros hombres, que para tener felicidad en un sitio, crea muerte y destrucción en los otros lugares. 

Hay que acabar con las eternas guerrillas que están desangrado al mundo. Y no solamente hay a nivel físico, también hay guerrillas y sabotajes económicos y psicológicos. Tenemos que superar todo esto. 

Nos parece normal que en nombre de la paz no haya centrales atómicas de energía, pero sí que en nombre de la paz estén montando enormes cantidades de cohetes con cabezas atómicas, ahora también en submarinos, y tal vez incluso en satélites artificiales que están dando vueltas sobre nuestras cabezas. Todo eso debe cambiar.

Como debe cambiar el concepto de clases sociales, que no son nada más que una forma de racismo; pero en lugar de ser un racismo basado en el color de la piel o en el lugar de nacimiento, es un racismo basado en elementos laborales o en elementos económicos. En una nueva sociedad que pueda llevar a un nuevo Estado no deben existir clases sociales; deben existir únicamente hombres y mujeres libres que no se enfrenten entre sí, sino que enfrenten la adversidad, que enfrenten el miedo, que enfrenten la miseria y que enfrenten la ignorancia. Estos son los verdaderos enemigos.

En este nuevo mundo, aquel que quiera comer, que quiera tener el derecho moral de comer y beber, debe trabajar, debe producir. De alguna manera todos debemos producir, si no, entramos en una inflación total, en la cual siempre gastamos más de lo que tenemos, y en la cual todos sufrimos de angustia.

Y así podremos arribar a un nuevo Estado, a un sistema de justicia, en donde los más sabios, en donde aquellos que estuviesen más cerca de Dios sean los que puedan beneficiarnos a todos.

Tenemos que cambiar las cosas de raíz, pero no el aire, no en el papel, sino en el corazón humano. No creo que se pueda cambiar con violencia, yo soy contrario a la violencia, creo que se pueden cambiar con educación, con el ejemplo, formando hombres y mujeres que puedan hacer una nueva sociedad. No es el tiempo aún de esa nueva humanidad, pero es el tiempo de dejar de hablar. 

Vendrá ese tiempo, tal vez muchos de vosotros podáis vivirlo y en ese momento os daréis cuenta de que estábamos viviendo en una locura, que estábamos viviendo en un gran circo, lleno de fieras y payasos."

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Jorge Angel Livraga - fragmentos -Conferencia- 1984
Necesidad de un nuevo individuo, sociedad y Estado

miércoles, 24 de abril de 2019

Valores humanos y filosofía a la manera clásica


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Estatua de Marco Aurelio que estaba en la Plaza del Campidoglio y ahora en el Museo Capitolino.

Cuando escribo sobre los valores humanos, viene siempre a mi memoria un periodo particular de la historia por la grandeza de sus hombres. Los comentarios austeros del historiador y procónsul romano Dion Casio sobre uno de ellos, Marco Aurelio, en su Historia Romana nos ilustra a este respecto: “No tuvo la suerte que habría merecido, puesto que durante todo su reinado tuvo que hacer frente a todo tipo de calamidades. Es por ello que lo admiro más que a nadie, dado que a pesar de esas dificultades extraordinarias supo sobrevivir con gran dignidad y pudo salvar el Imperio.”

No cabe duda de que el mundo romano fue testigo de una sucesión de soberanos como la historia no ha conocido nunca: César, Augusto, Trajano, Adriano, Antonino Pio, Marco Aurelio, Septimio Severo, Diocleciano, Juliano… Ferdinand Lot[1] afirma: “Hombres de Estado, legisladores, guerreros, recorren las fronteras lejanas entre Escocia y Bretaña hasta el Rin, el Danubio y el Eúfrates, para defender el mundo romano y la civilización contra los Bárbaros germánicos, los Sarmatas o los Partos. Todos saben que cualquier día pueden morir, pero se abandonan a su suerte, sin miedo frente a su destino trágico de superhombres. Porque si alguna vez hubo superhombres en esta Tierra está claro que hay que buscarlos entre los emperadores romanos.”

La Filosofía moral o “a la manera clásica”
La filosofía moral o a la manera clásica es un fenómeno espiritual de la historia antigua que deberíamos rehabilitar si queremos darle vigor a la educación moral de las nuevas generaciones.

Todos los especialistas están de acuerdo en decir que la mentalidad occidental se encuentra agotada y que llegó el tiempo de lanzarse a otras creaciones, hacia otros senderos que nos vuelvan a llevar a otros Renacimientos.

Otro aspecto interesante de la filosofía clásica es el sentido que se le daba a la palabra “filosofía”, que los griegos inventaron y que se puede traducir simplemente como “amor a la sabiduría”. Por lo tanto, estudiar la filosofía en sus fuentes clásicas optimiza el comprender la finalidad primera y el método de esta aventura del espíritu humano.

Hay una gran diferencia entre la idea que nos hacemos hoy en día de la filosofía y la idea que los Clásicos se hacían de la misma. En nuestros días la filosofía se comprende como una construcción más o menos abstracta, destinada a la reflexión sobre los problemas que presentan las teorías del conocimiento o de la lógica. Para los Clásicos, sin embargo, la filosofía era otra cosa muy diferente. En efecto, para los antiguos griegos la elección de vida (filosófica) no se situaba al final del proceso teórico como una suerte de complemento decorativo. Al contrario, la elección y decisión de vivir de manera filosófica es la que determinaba la doctrina misma, el modo de transmisión y la elección de la escuela de filosofía. Hay que señalar que esta decisión nunca se hacía en soledad, puesto que no existen filósofos ni filosofías en la antigüedad fuera de un grupo, de una comunidad o de una Escuela de Filosofía.

Como afirma Pierre Hadot[2]: “Una escuela filosófica corresponde antes que nada a una elección de forma de vida, una opción existencial que se traduce en una vida particular, la filosófica, que exige del individuo un cambio de vida, una conversión de todo su ser; en definitiva, la necesidad de ser y de vivir de una manera específica. Está claro que esta opción existencial implica una visión del mundo particular y es precisamente el discurso filosófico quien va a desvelar y justificar racionalmente tanto esa opción existencial como la representación del mundo que lleva consigo.”

Lo esencial no se encuentra por lo tanto en la teoría filosófica sino en la manera de vivir. Un filósofo, en la antigüedad, es alguien que vive como filósofo y muere como filósofo. Epícteto nos dice (III, 21,5) con una simplicidad conmovedora: “Come como un hombre, bebe como un hombre, vístete, cásate, ten hijos, condúcete como ciudadano… Muéstranos todo eso para que sepamos si has aprendido alguna cosa de los filósofos”.

El testimonio del emperador Marco Aurelio frente a la perspectiva inminente de su muerte ilustra la misma idea: En el libro I y III de sus Pensamientos[3] se encuentran numerosas alusiones a la muerte que se acerca durante sus campañas militares en el Danubio y ante la urgencia de conseguir una perfección interior elevada. Frente a este dilema, una sola cosa cuenta: Esforzarse por enriquecer su pensamiento con las reglas de vida fundamentales, tener siempre la actitud esencial del filósofo, que consiste en controlar su diálogo interior, en realizar sólo aquello que es útil a los demás, aceptar los acontecimientos que la Naturaleza y el Destino nos presentan.

Vivir como un filósofo es algo que se puede decidir bastante pronto en la vida. La Historia Augusta[4] nos habla de Marco Aurelio y de su decisión de vivir como un filósofo estoico: “A la edad de doce años, adoptó la vestimenta, y un poco después, la vida ruda del filósofo. Estudiaba vestido del pallium, el abrigo de los filósofos, y se acostaba sobre el suelo: con mucha dificultad su madre conseguía convencerlo de poner algunas pieles.”

Sin lugar a dudas, la finalidad de la filosofía moral, y de la filosofía estoica en particular, no es la de llevar un cierto tipo de abrigo sino la de actuar de manera honorable de acuerdo con la razón o el pensamiento justo. La filosofía no nos invita a dormir al aire libre o sobre el suelo, sino a forjar nuestro carácter para hacer frente a todos los acontecimientos y circunstancias de la vida.

Tampoco hay que creer que el amor por la filosofía llega como un flechazo de Cupido o por obediencia imperativa de una voz interior. Se trata más bien de leer a los clásicos y aprender de ellos, un consejo que nos recuerda mucho esa otra frase que Cicerón repetía a los romanos: “No esperéis más, leed con urgencia la República.”

Marco Aurelio nos cuenta su conversión a la filosofía estoica en el primer libro de sus Pensamientos, como el resultado de un estudio y de una reflexión sobre las enseñanzas de las filosofías, y en particular, de la lectura de Epícteto.

Los Pensamientos como Ejercicios Espirituales[5]
Los Pensamientos pertenecen al tipo de ejercicio llamdo hypomnéma en la antigüedad, una suerte de notas personales, de diario íntimo, que refleja un diálogo interior propio de la práctica de la filosofía y que todas las escuelas de filosofía moral van a proponer. En el caso de Marco Aurelio, se añade la intención de redactar sus reflexiones y sus pensamientos siguiendo reglas literarias precisas y elegantes para reforzar el impacto psicológico y la fuerza de persuasión.

Podríamos añadir que los Pensamientos de Marco Aurelio toman la forma de las hypomnéma pero se transforman en “ejercicios espirituales”, ejemplares en su género e inspiradores de todos aquellos que tienen la necesidad de avanzar hacia las cúspides del espíritu.

Los Pensamientos tienen un único tema: la filosofía, tal cual deducimos de estos fragmentos:

“La única cosa que puede servirte de escolta en esta vida es la filosofía. Ella nos permite guardar el dios interior sin mácula ni desgaste alguno” (II, 17,3).
Ten cuidado en no “cesarizarte”… Vive con simplicidad, sé bueno, puro, serio pero natural, amigo de la justicia, respetuoso con los dioses, bondadoso, estricto, sólido en el cumplimiento de tus deberes. Combate por mantener todo lo que la filosofía te ha brindado” (VI, 30,1-3).
Las palabras de Marco Aurelio se esfuerzan en describir la manera de vivir como filósofo siguiendo el ejemplo que hay que tener frente a sí mismo y que es el de la “persona de bien” ideal. Los pensamientos del ser vulgar son pobres y confusos. Este actúa sin consistencia y sufre de las circunstancias y obstáculos que la vida la presenta, mientras que los pensamientos de una persona de bien son coherentes, profundos y claros, pues actúa siempre con justicia al servicio de los demás y acepta los acontecimientos que no dependen de ella misma con serenidad y confianza.

En todo lugar y circunstancia, depende de ti mismo el complacerte con alegría en el presente tal y como se presenta, comportarte con justicia ante los hombres que frecuentas diariamente, y darle a la representación interior que tienes en cada momento las reglas de discernimiento para que nada se infiltre en tu interior que no sea objetivo” (VII, 54).

En los Pensamientos se presentan estas tres reglas de vida que describen una actitud global, una visión del mundo. Es una elección interior fundamental, que se expresa en el discurso y en las fórmulas universales que Marco Aurelio, siguiendo en ello a Epícteto, llama las dogmata. Un dogma es un principio universal que funda y justifica una cierta conducta práctica y que se puede formular en una o varias proposiciones.

Marco Aurelio nos da muy buenos ejemplos de la relación que hay entre los principios universales y las reglas de vida:

“A propósito de todo lo que te procura tristeza, recuerda utilizar este dogma: Ese sentimiento no es una desgracia sino todo lo contrario, la alegría de poder soportarlo con valor” (IV, 49,6).
Ese dogma se deduce de otro dogma fundamental del estoicismo, soporte de todo el comportamiento estoico: Sólo el bien moral, la virtud filosófica, es un bien; sólo el vicio es un mal. Veamos cómo lo formula nuestro emperador:

“¿En qué consiste la felicidad? Consiste en el hacer lo que necesita la naturaleza humana. ¿Cómo lograrlo? Gracias a los dogmas que son el principio de las motivaciones y de las acciones justas. ¿Qué dogmas? Aquellos que reflejan lo que es el bien y lo que es el mal: No hay bien para el hombre sino aquello que lo hace justo, moderado, valiente y libre; y no hay mal para el hombre sino aquello que provoca los vicios opuestos.” (VIII, 1,6)
Marco Aurelio también utiliza la palabra théôréma para designar los dogmas que deben sustentar el arte, y por lo tanto el arte de vivir que es la filosofía:

“¿Qué arte practicas? El de ser hombre de bien. ¿Y cómo practicarlo sino gracias a los teoremas que tratan de la Naturaleza del Todo y de la constitución de lo que es propio al hombre?” (XI, 5)
Marco Aurelio nos advierte (VII, 2) que las enseñanzas, es decir los dogmas y los teoremas, se desgastan si no se les alimenta con imágenes interiores que los actualizan en cada momento. Por ello podemos decir que los Pensamientos se componen de formulaciones repetidas, siempre renovadas, de las tres reglas de acción que ya hemos comentado líneas arriba y de los diferentes dogmas que las fundamentan.

A menudo encontramos ese modelo de reglas a lo largo de los Pensamientos. Como ejemplo podemos citar los siguientes:

“Por todas partes y en cualquier lugar depende de ti
el satisfacerte piadosamente de la confluencia de los acontecimientos,
el conducirte con justicia frente a los hombres,
el aplicarte a las representaciones interiores de las reglas de discernimiento, para que no se infiltre en ti nada que no sea objetivo.” (VII, 54)
“Es suficiente
el juicio presente de valores, a condición de ser objetivo,
la acción presente, a condición de que se cumpla para el servicio de la comunidad humana,
la disposición interior presente, a condición de que encuentres felicidad en todas las confluencias de acontecimientos producidos par causas externas.” (IX, 6)
“La naturaleza razonable sigue bien el camino que le es propio
si, en lo relativo a las representaciones, no afirma ni lo que es falso ni lo que es oscuro,
si dirige sus impulsos solamente hacia las acciones que son de utilidad al género humano,
si no siente atracción o aversión por lo que depende de nosotros, mientras que acoge con alegría todo lo que le da generosamente la Naturaleza universal.” (VIII, 7)
Y continúa: “¿En qué hay que ejercitarse?

En una sola cosa:
en un pensamiento dirigido por la justicia y en acciones cumplidas al servicio de la comunidad, en palabras que no engañan nunca, en una disposición interior que acoge con amor todas las confluencias de los acontecimientos, reconociéndolos como necesarios, como familiares, como el resultado de un principio tan grande y de un origen tan alto.” (IV, 33,3)
Por todo lo dicho, aconsejamos a todos, a la manera ciceroniana: “Hay que leer con urgencia, sin más tardar, los Pensamientos de Marco Aurelio”.

Sólo nos queda proponer, por razones de espacio, ocho puntos fundamentales incluidos en dicha obra, y que son un tesoro de recursos en lo cotidiano, para practicar la regla de acción que nos invita a aceptar con serenidad lo que nos acontece y que no depende de nuestra voluntad:

« Si te irritas por algo, es porque has debido olvidar que todo lo que ocurre es conforme con la Naturaleza Universal, que los errores cometidos por los demás no te conciernen y además, que todo lo que ocurre siempre ocurrió y seguirá ocurriendo así, y en este mismo momento, ocurre siempre de la misma manera. Tú has olvidado el lazo tan estrecho de parentesco que une a cada ser humano con sus congéneres, no por la sangre y el origen, sino por la participación común de la misma inteligencia, y también has debido olvidar que el espíritu de cada uno de nosotros es un dios, una emanación de la divinidad; que nadie tiene pertenencia alguna propia, ni hijos, ni siquiera su propio cuerpo, pues incluso hasta el alma misma provienen de arriba; que todo depende del juicio de valor que se le quiera dar, pues todo es opinión y, por último, no debes olvidar que la vida de cada uno se reduce al goce del momento presente y lo único que puede perder es ese momento.” (XII, 26)
Educación filosófica y Humanismo
Todas las escuelas de filosofía proponen una educación filosófica que puede considerarse como un método propio de la escuela para extraer los valores humanos, para pasar, de un humanismo en potencia, a un ser humano cumplido que expresa esos valores en lo cotidiano. Platón nos recuerda que las enseñanzas de su maestro Sócrates no se dirigían a los intelectuales ni a los políticos, sino a todos los ciudadanos sensibles a la profundidad moral de sus consejos.

Toda cultura humanista comporta diferentes disciplinas y vías de acceso que, en conjunto, tejen el mosaico completo de los valores humanos esenciales, aquellos valores que otorgan a cada persona su identidad única e indiscutible. Al decir de los antiguos filósofos griegos, la naturaleza humana se expresa a través de los valores o “virtudes filosóficas”. Para Sócrates, la filosofía es la “madre de todas las ciencias”, lo que le confiere su rol de columna vertebral del Humanismo.

En efecto, la educación filosófica propia del Humanismo o de la cultura humanista es el fundamento de toda civilización, y su función primera consiste en humanizar al hombre. No se es un ser humano solamente por el genoma o patrimonio genético sino sobre todo por su patrimonio cultural: “No se nace hombre sino que hay que convertirse en hombre” decía el gran Erasmo.

El código genético transmite el programa de la evolución biológica del hombre, y la cultura humanista transmite, gracias a la educación filosófica, los valores humanos fundamentales, los conocimientos, los usos y costumbres, la experiencia de las generaciones pasadas. La Cultura transmite el programa de evolución individual y colectiva de la humanidad.

Esta experiencia, si no se integra ni se actualiza frente a los nuevos desafíos del presente, puede anclar la sociedad en una forma conservadora ciega y fanática. La sociedad entonces será incapaz de adaptarse, de cuestionarse, de encontrar la creatividad necesaria para responder a los nuevos paradigmas que se le presentan.

La educación filosófica nos permite también comprender al otro gracias a una sensibilidad creciente hacia los valores humanos que los demás expresan a través de su propia cultura, sus propias tradiciones, etc. Esto se traduce por un respeto, producto del sentimiento de pertenencia a la familia humana, y fuente de fraternidad.

El Renacimiento proporciona algunos brillantes ejemplos de los métodos y manuales de educación “a la manera clásica”: una de estas referencias es el convito de Marsilio Ficino, una suerte de readaptación del Banquete de Platón. Baltasar Castiglione, uno de los hombres mas distinguidos física, intelectual y moralmente de su época, se inspiró en esas referencias para publicar en 1528 un manual de cortesía, “El libro del Cortesano”, que tuvo un enorme éxito durante varios siglos. A través de la figura del cortesano, este manual presenta un modelo ideal y una vía de perfeccionamiento para todos aquellos cuya alma les exige escalar alturas insondables sin tregua alguna.

En definitiva, los estudios humanistas no son una acumulación de conocimientos enciclopédicos, sino el resultado de una lectura, asimilación y aplicación de las enseñanzas clásicas que contribuyen a elevar el alma hacia dimensiones metafísicas. Giordano Bruno[6] lo expresaba así:

“Despliego mis alas confiando en los aires y, no temiendo ningún obstáculo, ni de cristal ni de vidrio, surco los cielos y me elevo hacia el infinito. Y mientras que desde mi globo viajo hacia otros mundos y penetro en otras esferas etéreas, dejo detrás de mí lo que los hombres ven de lejos.”
De manera más descriptiva Edwin Panofsky[7] nos dice:

“En esta concepción ambivalente del humanitas se encuentra la base del Humanismo. No se trata tanto de un movimiento como de una actitud; se lo podría definir como la fe en la dignidad humana, fundamento global de la importancia atribuida a los valores humanos y en la aceptación de las humanas limitaciones. De ese postulado doble resulta el sentido de la responsabilidad y de la tolerancia.”

¿Y cómo no recordar uno de los textos humanistas más extraordinarios del Renacimiento, el “Discurso sobre la Dignidad Humana” de Pico de la Mirándola[8], fundamento del principio de libertad de la condición humana?: Al fin de la creación, Dios había distribuido todas las calidades, de tal suerte que no quedaba ninguna que pudiera ser exclusiva para el hombre. Por ello, Dios le dijo a este último:

“Tú determinarás tu naturaleza según tu libre albedrío en manos del cual te he puesto. (..) No te hemos hecho ni celeste ni terrestre, ni mortal ni inmortal, para que libre y soberano orfebre de ti-mismo, te puedas modelar con la forma que tú-mismo habrás elegido. Podrás degenerar y caer hacia los seres inferiores que son las bestias, y podrás, si así lo decides, elevarte hacia los seres superiores que son los dioses.”

La Pirámide cultural y los Valores humanos

El verbo Educar proviene del latín educere: extraer, elevar. La educación filosófica permite la extracción de los valores humanos a partir de todas las disciplinas que se expresan en una cultura humanista.

El filósofo Jorge A. Livraga nos propone una relectura inteligente del rol de la filosofía como “extractor” de valores humanos propios a todas las disciplinas y vías de la gran pirámide cultural. La filosofía sería la columna vertebral o fundamento de esta gran pirámide y orientaría todas las otras disciplinas culturales (Arte, Religión, Ciencia y Política) hacia la Sabiduría, situada en la cúspide donde se unen las cuatro caras de esta gran pirámide.

Los valores humanos propios al Arte estarían todos asociados a la Belleza, a la Estética: El encanto, la gracia, la elegancia, la nobleza, la distinción, la majestad, el equilibrio, la armonía…

Los valores humanos propios al corazón de la Religión estarían asociados a todas las formas de Bondad: Benevolencia, indulgencia, generosidad, caridad, clemencia, compasión, tolerancia, abnegación, solidaridad…

Los valores humanos relativos a la Ciencia estarían en relación estrecha con la Verdad natural, la verdad de lo visible: veracidad objetiva, lógica, espíritu concreto, espíritu razonable, juicioso, moderado, ponderado y natural.

Los valores humanos asociados a la Política deberían comprenderse a través de una política “a la manera clásica”, un política filosófica puesto que, sin filosofía, la política no es sino una administración dudosa. Los filósofos de la antigüedad consideraban la política como resultado de una búsqueda del sentido filosófico gracias a la organización de la Ciudad y por el interés colectivo. “Al arte del alma yo lo llamo política” decía Platón. La Política filosófica se basa en los dos pilares mayores de toda organización humana que se precie como tal: la Justicia y la Educación. Uno de los roles esenciales de la política sería por lo tanto el promover una educación filosófica para todos, sin distinción alguna, puesto que todos deben llegar a expresar los valores y las característica propias a la naturaleza intrínseca del ser humano.

La Política filosófica tendría que crear las condiciones y los medios adecuados para que todos se conviertan en ciudadanos, en hombres y mujeres profundamente éticos y responsables. Sin la promoción de la ética, la política es estéril y pensamos que le corresponde a la filosofía el rol de restablecer “a la manera clásica” la orientación y la finalidad esencial de la política.

Y para acabar, citemos alguno de los valores humanos asociados a la Política: justicia, equidad, sinceridad, autenticidad, lealtad, cortesía, disciplina, sentido del deber, responsabilidad, valor, imparcialidad, comportamiento moral, integridad, rectitud, austeridad, y en fin, acabemos esta lista con la felicidad filosófica que expresa la rectitud del alma al decir de los filósofos antiguos.

Creo, en definitiva, que hay que sacar a la filosofía de las vitrinas de las bibliotecas y las universidades, y colocarla en nuestro propio corazón y en el de la ciudad para poder vivir como seres humanos conscientes, responsables y dignos.


Autor: Fernando Fígares
Recogido de 
https://biblioteca.acropolis.org/valores-humanos-y-filosofia-a-la-manera-clasica/

martes, 23 de abril de 2019

TENTATIVAS DE BORRAR LAS ENSEÑANZAS PRE-CRISTIANAS

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Debe llamarse la atención acerca de otro punto importante, que es el principal de los que constituyen  la  serie  de  pruebas  en  pro  de  la  existencia  de  una  Sabiduría primitiva  y universal,  por  lo  menos  para  los  kabalistas  cristianos  y  para  los  eruditos. Sus  enseñanzas fueron,  al  menos,  conocidas  en  parte  por  varios  Padres  de  la  Iglesia. Se  sostiene,  con fundamentos  puramente  históricos  que  Orígenes,  Synesio  y  aun Clemente  de  Alejandría, habían  sido  iniciados  en  los  misterios,  antes  de  añadir  al Neoplatonismo  de  la  escuela Alejandrina,  el  sistema  de  los  gnósticos,  bajo  velo cristiano.  Y  más  aún:  algunas  de  las doctrinas de las escuelas secretas, aunque notodas ciertamente, se conservan en el Vaticano; y  desde  entonces,  se  han  convertido en  parte  y  porción  de  los  Misterios,  bajo  la  forma  de adiciones  desfiguradas,  hechas por  la  Iglesia  Latina  al  programa  cristiano  original.  Tal  es  el dogma  de  la  Inmaculada Concepción,  en  la  actualidad  materializada.  Esto  explica  las grandes persecuciones emprendidas por la Iglesia Católica Romana contra el Ocultismo, la Masonería y el Misticismo heterodoxo en general.

Los  días  de Constantino  fueron  el  último  punto  crítico  en  la  historia,  el  período  de la lucha  suprema  que  terminó  en  el  mundo  occidental  con  la  destrucción  de  las antiguas religiones en favor de la nueva, construida sobre sus cuerpos. Desde entonces, la perspectiva de un pasado remoto, más allá del Diluvio y del Jardín del Edén,  comenzó  a  ser  interceptada  a  las  indiscretas  miradas  de  la  posteridad  por modo forzoso e implacable, y recurriendo a toda clase de medios lícitos e ilícitos. Se cerraron todas las  salidas;  se  destruyeron  todos  cuantos  documentos  podían  hallarse a  mano.  Y,  sin embargo   queda   todavía   lo   suficiente,   aun   entre   estos   documentos mutilados,   para autorizarnos  a  decir  que  hay  en  ellos  toda  la  prueba  que  se  requiere para  demostrar  la existencia  efectiva  de una  Doctrina  Matriz.  Se  han  salvado  de  los cataclismos  geológicos  y políticos  bastantes  fragmentos  para  narrarnos  la  historia;  y todos  los  que  sobreviven, demuestran  hasta  la  saciedad  que  la  actual  Sabiduría Secreta  fue  en  un  tiempo  la  fuente original, la corriente perenne siempre fluyendo, de la cual se alimentaban los riachuelos (las religiones  posteriores  de  todos  los pueblos),  desde  la  primera  hasta  la  última.  Este  período que comienza con Buddha y Pitágoras y termina con los neoplatónicos y los gnósticos, es el único foco que nos muestra la historia, donde por última vez convergen brillantes rayos de luz emanados de edades remotísimas, y no obscurecidos por el fanatismo

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Esto demuestra la necesidad a que la escritora de estas líneas ha estado siempre sometida, de  tener  que  explicar  los  hechos  procedentes  de  un  pasado  muy  lejano,  por medio  de  la evidencia  adquirida  en  períodos  históricos,  aun  a  riesgo  de  sufrir  una  vez más  la  acusación de  falta  de  método  y  de  sistema,  pues  no  tenía  otro  medio  a  su disposición.  Deben  darse  a conocer al público los esfuerzos de muchos adeptos que ha habido en el mundo, de poetas y escritores  clásicos   iniciados   de   todas   las   épocas, para   conservar   en   los   anales   de   la humanidad el conocimiento por lo menos de la existencia de tal filosofía, ya que no el de sus verdaderos principios. Los Iniciados de1888 permanecerían a la verdad incomprensibles, y aparecerían  corno  un  mito imposible,  si  no  se  demostrase  que  Iniciados  semejantes  han vivido  en  todas  las demás  épocas  de  la  historia.  Esto  puede  hacerse  únicamente  citando  los capítulos  y versículos  de  las  obras  en  que  pueden  encontrarse  mencionados  estos  grandes personajes  que  fueron  precedidos  y  seguidos  por  una  serie  larga  e  interminable  de otros Maestros  en  las  artes  ocultas,  así anteriores  como  posteriores  al  diluvio. Sólo de  este  modo podrá  demostrarse,  con    un    fundamento    semitradicional    y semihistórico,    que    el conocimiento  oculto  y  los  poderes  que  al  hombre  confiere,  no son  ficciones  en  manera alguna, sino cosas tan antiguas como el mundo mismo. Nada tengo, por lo tanto, que decir a mis jueces pasados y futuros, ya sean críticos serios, ya derviches literarios,  aulladores  que  juzgan  una  obra  por  la  popularidad  o impopularidad del autor, y que sin mirar apenas su contenido, se agarran, a manera de bacilos mortíferos, a los  puntos  más  débiles  del  cuerpo.  Tampoco  me  preocuparé de  aquellos  calumniadores lunáticos,  pocos  por  fortuna,  que  esperan  llamar  la atención  del  público  lanzando  el descrédito  sobre  todo  autor  cuyo  nombre  sea  más conocido  que  el  suyo,  y  ladran  y  echan espuma  ante  su  misma  sombra.  Éstos sostuvieron  durante  algunos  años  que  las  doctrinas expuestas en el Theosophist, y más tarde en el Esoteric Buddhism, habían sido inventadas por la  presente  escritora;  y haciendo  por fin  un  completo  cambio  de  frente,  han  denunciado  a Isis  sin  Velo y  a todas  las  demás  obras  como  plagio  de  Eliphas  Lévi  (!),  Paracelso  (!!)  y mirabile  dictu, del  buddhismo  y  brâhamanismo  (!!!).  Esto  equivale  a  acusar  a  Renan  de haber  robado su Vida  de  Jesús de  los  Evangelios,  y  a  Max  Müller  sus Libros  Sagrados  del Oriente o sus Chips de  las  filosofías  de  los  brahmanes  y  de  Gautama  el  Buddha.  Pero  al público en general y a los lectores de LA DOCTRINA SECRETA puedo repetirles lo que he venido   diciendo  durante todo   este  tiempo,   y   sintetizo   ahora   en   las   palabras   de Montaigne: «Señores: «Aquí tengo un ramillete de flores escogidas; nada hay en él mío, sino el cordón que las ata"

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H.P. Blavatsky

fragmentos

miércoles, 17 de abril de 2019

Alquimia y Simbolismo en Notre Dame

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"Todas las catedrales de Francia fueron dedicadas a Notre Dame. La Virgen simboliza a la Diosa Madre, la Naturaleza...

La catedral manifiesta una visión del mundo, una verticalidad que resuena a través de cada bajorrelieve, cadaz inscripción, cada vidriera.  Tal como un asiento, cátedra, se aviene perfectamente al simbolismo de la montaña o de la isla. Está construida como una montaña sagrada que establece la alianza de lo alto y de lo bajo, del cielo y de la tierra, de lo divino y de lo humano. 

La Catedral toma sus elementos del simbolismo vegetal: es el bosque mágico donde los árboles son las columnas, el coro, el claro o espacio abierto, el lugar donde se danza alrededor del fuego simbolizado por la piedra del altar. Su suelo es un damero, el camino que conduce al centro, después de haber vencido las pruebas, es el mundo del combate. La forma de su bóveda dibuja una barca invertida, la barca que navega en el espacio celeste lleno de estrellas como el manto de la Virgen.

Esta barca celeste está situada en un lugar privilegiado, pues está sobre una isla, la "Ile de la Cité" que interpreta a su vez el rol de barca. Como un Arca de Noé, Notre Dame se asienta sobre la isla. No olvidemos que el símbolo de París es un barco. Todo el edificio está concebido como un barco celeste donde se entroniza a la Virgen.

Así, Notre Dame es el vaso de resonancia del Verbo, la imagen del mundo, donde se conjugan las potencias creadoras, una portadora del Agua y de la sustancia, la otra del orden y del Logos. Las nupcias del sonido y de la luz permitirán la transformación de la sustancia ( o de sí mismo) en el interior de la Catedral que juega el papel del Grial de los alquimistas.

El Rosetón es la Síntesis del número y de la Vida ...

La Catedral manifiesta una imagen del Mundo ...un espacio de trasmutación

La alquimia se dirige a un cambio interior de las estructuras y no simplemente a un cambio de las relaciones exteriores "


 Inst. Int. Hermes
Alquimia y Simbolismo en las Catedrales
Edit. N.A.
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jueves, 4 de abril de 2019

El progreso y la victoria sobre la oscuridad

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Las fuerzas oscuras no pueden influenciarte a menos que desarrolles ilusión, espejismo, ego y vanidad en los planos inferiores. En el momento que desarrolles esto, pueden contactarte.

Todo el mal que brota en cada plano es fruto del separatismo. Todos los vicios, crímenes, violencia, odio y venganza son frutos del separatismo.

Recordemos que la tierra es un purgatorio, una escuela de la cual cada alma debe graduarse con honores.

Mientras el miedo domine nuestros sentimientos, pensamientos y acciones, no tendremos una dirección clara, la cual es inspirada por las Fuerzas Superiores.

A medida que tu luz aumenta arroja más basura a la superficie. El fuego arroja hacia afuera todo lo que es malo en ellos con el propósito de limpiarlos. A menos que uno se enfrente cara a cara con la oscuridad que está en su interior, no puede progresar. El progreso es el resultado de la victoria sobre tu propia oscuridad. La iluminación no se da solamente para aumentar tu luz, sino también para aniquilar totalmente tu oscuridad.

Los pensamientos negativos deben ser traídos a la superficie, reconocidos por lo que son exactamente y desmantelados. Nunca serás alguien a menos que ganes la batalla.

Hay que tener las entrañas ceñidas con la Verdad" 

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COMBATIENDO FUERZAS OSCURAS
Torkom Saraydarian

martes, 2 de abril de 2019

Cómo puede nacer un mundo Nuevo y Mejor?

Mi querido amigo:

Deseo te encuentres bien, con esperanzas y avanzando...aunque sea entre las nieblas...
Te cuento ayer en un programa que sigo hace unas semanas y que me está gustando, el moderador lanzó una pregunta al final contundente: ¿qué país queremos construir?, la tomé como ejercicio de reflexión que quiero compartir contigo...

Los Ideales de Acuario: Fraternidad, Identidad, Libertad... sin duda son los míos. Los que necesitarán para hacerse realidad, el despertar del corazón luminoso, generoso de Leo: el Sol, (corazón consciente) en los individuos. Y la Sabiduría que nos aportará el "Agua de Vida" de Acuario, a través de Urano y Saturno. Para no caer en interpretaciones subjetivas, interesadas o equivocadas.

Fraternidad: queremos un país (o mundo) en donde reine la fraternidad, superando traumas sociales y mezquindades. Alcanzando naturalmente ese estado de Ciudadano del Mundo. Poder vivir en hermandad, conscientes de que  aunque como personalidades somos diferentes por el karma acumulado  y el momento evolutivo de cada uno,  participamos de la misma esencia divina. Por lo que cada persona tiene el deber de conquistar su verdadera Identidad o individualidad, su Yo superior. Donde seamos Libres, sin olvidar que esto será posible sólo gracias al conocimiento propio y de la Naturaleza en general. Lo que nos irá dando más y más libertad, en la medida de nuestra conciencia despierta, aportándonos responsabilidad y un conocimiento profundo de la Vida.

Sin duda estos ideales no podrán hacerse Realidad sin una Educación integral ecléctica para todos, con las mismas oportunidades, donde se facilite el desarrollo de nuestras potencialidades mejoresDonde cada cual se coloque en el lugar y ocupación que mejor pueda desempeñar, sintiéndonos tan orgullosos de un buen zapatero, como de un buen gobernante, pues el hombre no vale por lo que hace, (cargo, profesión) sino por cómo lo hace. 

Para ello es necesario que la cabeza rectora de un país; los Jueces  y políticos sean elegidos entre los más justos y virtuosos, así como por su capacidad de gobernarse a sí mismos.  Formados previamente en el Arte y la Ciencia de Conducir hacia estados superiores de conciencia. Deben distinguirse por su entrega y Servicio a la comunidad de la que forman parte. Porque sólo el Ejemplo da la Autoridad. Todo esto y mucho más, será posible gracias a la práctica de una ética profunda, sin ella  todo quedaría en pura teoría.


En una palabra y sintetizando: Queremos los Mejores, (los más virtuosos), como políticos o jueces para dirigir "nuestro barco", como lo querríamos para nuestra salud o el pilotaje de un avión. Puesto que lo que ellos tendrán como responsabilidad mayor es dirigir un país. Sin privilegios ni sueldos por encima de lo requiere cualquier persona para tener una vida digna sin exageraciones. Y a la par del resto de los ciudadanos en momentos de crisis. La pregunta del millón aquí sería: ¿Seremos capaces de distinguirlos, reconocerlos, elegirlos? Como alguien dijo, para eso tendríamos que haber conquistado previamente el discernimiento... para ver claro.

En el tema de la religión, cada cual será libre de elegir la forma que más le agrade, pues entenderemos que todas las religiones en la base dan el mismo mensajeLo que  importará será la espiritualidad, no el camino elegido por cada cual, o el nombre que le damos a las cosas. Eso importa bien poco o nada.

Tampoco habrá distinciones o desigualdades por ser de un color u otro, de un sexo u otro, pues lo que vale es el Ser interior, objetivo principal a desarrollar por un nuevo Renacimiento de los valores atemporales.

Queremos que todos podamos tener la oportunidad de llevar adelante nuestro proyecto vital. Tenemos derecho a tener un trabajo donde desarrollarnos, realizarnos y contribuir a la sociedad con la aportación de aquello mejor que sabemos hacer, mientras estamos en edad laboral. Más tarde podremos aportar nuestra experiencia a las generaciones jóvenes. En este mundo no habrá "parados" ni personas excluídas o indigentes, porque todos podemos colaborar en alguna tarea social necesaria, que nos haga sentir útiles, y merecedores de lo que recibimos a cambio.

Aquellos que son más ricos, (en cualquier nivel) deben aportar a la sociedad más, primero por generosidad natural, por solidaridad y por Justicia. Si se administra con sentido común el patrimonio general, y se abren vías de creación de empleos acordes al desarrollo integral (cuerpo, psique, mente, espíritu) de los ciudadanos y del planeta, la riqueza circulará generosamente. Obteniendo más Salud a todo nivel.

Queremos porque es Justo y necesario, una sociedad donde los niños, los ancianos, los enfermos, estén protegidos a todo nivel. Algo básico será que nadie se encuentre sin hogar o techo. En un Mundo así, no habría analfabetos, mendigos, fanáticos, ni organizaciones delictivas de ningún tipo.

En cuanto a la ciencia, debe estar como todo, al Servicio del Bien general de la Humanidad, buscando el progreso evolutivo y espiritual que como seres humanos debemos alcanzar. Aprendiendo a vivir en armonía con todos los reinos de la naturaleza y el Universo. En cuanto al Arte, como "puente de oro" entre los arquetipos y los hombres, debe cumplir esa alta misión pedagógica, mágica y terapéutica para la que sirve, cuando los artistas lo son y están inspirados sanamente.

Más todo esto requiere previamente algo fundamental el despertar de las conciencias para que pueda darse la autorrealización personal, con la práctica de unos valores atemporales puestos al Servicio del bien de la comunidad.  Es necesario que la educación y los medios sirvan para facilitar el ascenso evolutivo y no al contrario como se hace en este tiempo caótico. Y es que lo primero a conseguir, para poder luego hablar de libertad y de felicidad, es despertar el Individuo, que como diría Platón es lo indiviso, la parte inmortal en nosotros.

Bueno amigo mío, seguiremos charlando, seguro que me aportas alguna reflexión o idea, que a mí se me ha pasado por alto, para ese modelo de país que todos deseamos, más Justo y Bueno. Gracias siempre... por enriquecerme con tus aportaciones.

Entre todos es posible conseguir lo que nos propongamos con todo nuestro Corazón...estoy segura. Aunque también sé que conseguirlo no es nada fácil...porque requiere cambios individuales y un crecimiento interior importante. Y no todos están dispuestos a realizar el esfuerzo que nos exige la evolución,  ni están despiertos o quieren despertar.

Te mando mi cariño en un fuerte abrazo con mucha Luz

Tu amiga del alma que no te olvida
D.V.- Nefertum  -22/1/2014-Malaka


Me contestabas diciendo: Muy bien ¿Y eso cómo se consigue?...y yo como siempre te respondo: CON EDUCACIÓN y una ÉTICA profunda, no veo otro modo real, saludable y duradero de hacerlo posible.

Los antiguos egipcios dirían, que hay que entronizar a Maat: Justicia, Verdad, Confianza  en nuestras vidas