Es a lo que debe volver el hombre sobre la Tierra si ha de conocer la realidad: este simple pensamiento de amor absoluto, un pensamiento de total unidad con todos sus hermanos, con independencia de cómo se expresen o quiénes sean, pues ese es el pensamiento original de vuestro Creador.
Nosotros, de la Confederación de Planetas al Servicio del Infinito Creador hemos sido conscientes, durante muchos de vuestros años, de numerosos principios de realidad. Somos conscientes de estos principios porque hemos hecho uso de ellos, al igual que podría hacerla gente de vuestro planeta.
Mediante la meditación, es posible reducir totalmente la ilusión que experimentáis ahora y que crea la separación —una separación ilusoria— a lo que verdaderamente es: una completa ilusión. Os hemos hablado constantemente de la meditación. Os hemos hablado muchas veces acerca de la realidad, del amor y la comprensión, y sin embargo, parecéis incapaces de superar la ilusión.
La razón para la ilusión, amigos míos, la ha generado el hombre sobre la Tierra. La ha generado de su deseo. Esta ilusión es útil. Es muy útil para aquellos que desean evolucionar a un ritmo acelerado por la experiencia y el uso que hacen de ella mientras la viven. Muchos de los que estamos circundando actualmente vuestro planeta quisiéramos tener la oportunidad que tenéis vosotros, la oportunidad de estar en la ilusión y, así, a través de la comprensión, aprovechar su potencial. Es una forma de adquirir progreso espiritual que han buscado muchos de nuestros hermanos.
No puedo hacer suficiente hincapié en la necesidad de llegar a ser capaz de comprender la naturaleza del potencial de vuestra ilusión y así, mediante el autoanálisis y la meditación, reaccionar a ello de forma que exprese el pensamiento que nos ha generado: el pensamiento de nuestro Creador. Esto es lo que hizo el maestro al que conocéis como Jesús. Este hombre reconoció su posición. Reconoció la ilusión.
Comprendió la razón para el potencial de la ilusión, y su reacción a esos potenciales y actividades dentro de la ilusión fue una reacción que expresaba el pensamiento del Creador, un pensamiento de amor.
Mantened siempre en primer lugar en vuestra mente que lo que experimentáis es una ilusión, que os rodea con el fin de enseñaros.
Solo puede enseñaros si sois conscientes de sus enseñanzas. Se dice que “el Señor procede de forma misteriosa para llevar a cabo sus maravillas”. Esta forma puede parecer misteriosa; sin embargo, es el camino del desarrollo espiritual. Muchas almas experimentan la ilusión en la que os encontráis; sin embargo, pocas la utilizan para el crecimiento. No lo hacen más que a nivel subliminal, porque no reconocen, mediante su búsqueda, la posibilidad de aprovecharla para ello.
Cuando una persona reconoce la posibilidad de utilizar la ilusión en la que se encuentra en vuestro mundo físico para progresar en su crecimiento espiritual, es necesario que dé el siguiente paso y haga uso de ese conocimiento para expresar, con independencia de sus potencialidades, el amor y la comprensión de su Creador.
Sed conscientes de vuestro Creador. Sed conscientes de Su deseo, y cuando conozcáis ese deseo conoceréis el vuestro, pues vosotros y vuestro Creador sois uno, y sois uno con todas Sus partes y, por lo tanto, todos los seres con los que compartís la creación. Cuando conozcáis Su deseo, lo sentiréis. No habrá más confusión. No habrá más preguntas. Encontraréis lo que habíais estado buscando. Habréis encontrado el Amor, pues ese es el deseo de vuestro Creador: que todas Sus partes expresen y experimenten el Amor que os creó. Esto puede comprenderse fácilmente en la meditación. Por mucho que busquéis en vuestros conceptos intelectuales, por mucho que planifiquéis cuidadosamente o interpretéis meticulosamente la palabra oral o escrita, ello no os conducirá a la simple verdad.
No deseamos imponer nuestra comprensión de la verdad sobre vuestros pueblos, y es lo que haríamos si contactásemos con ellos directamente. No podríamos evitarlo, ya que bastaría que pronunciásemos esa verdad para que fuera aceptada como válida por muchos de los vuestros. No deseamos ser considerados como los últimos representantes de la verdad del Creador. Deseamos proporcionárosla de forma que podáis aceptarla o rechazarla a voluntad. Tal como lo entendemos, es una condición necesaria de la evolución espiritual de la humanidad: que esté, en algún estadio de su evolución, en posición de aceptar o rechazar lo que necesita para su evolución. De ese modo, y solo de ese modo, puede conocer la verdad, la verdad del Creador, esa única verdad que es la creación, la verdad del amor de la creación.
Debe ser comprendida desde el interior. No puede inculcarse de otro modo. Tratamos de estimular a aquellos de vosotros que podrían verse inducidos a buscar esa verdad que existe en su interior. La comprensión del principio de nuestro Creador nos insta a permanecer ocultos, pues no podemos servir a un individuo y, al mismo tiempo, hacer un flaco servicio a su semejante, demostrándole en su propia mente que existimos, pues muchos de los habitantes del planeta Tierra en este momento no desean creer en nuestra existencia ni tener prueba de ella. Por esa razón, tenemos que dirigirnos a los que buscan a través de canales como este; debemos darles lo que buscan de modo que puedan, por sí mismos, estimar su valor y aceptar o rechazar las ideas que os presentamos, y comprender la realidad de la creación en la que todos existimos.
Amigos míos, cabe recordar que el servicio al prójimo es servicio a uno mismo. Observad que no estamos diciendo que ese servicio es similar al servicio a sí mismo, pues no existe similitud entre el prójimo y nosotros: existe identidad; existe conclusión y unidad. Por lo tanto, los sentimientos de naturaleza negativa hacia una oveja del rebaño, lo son también hacia uno mismo y hacia el Creador. Esto se incluye en el servicio que tratáis de daros a vosotros mismos y al Creador mediante el servicio al prójimo, y ocasiona una tacha o mancha sobre el servicio perfecto que hubierais llevado a cabo. No debe olvidarse que cada persona es una entidad absolutamente libre, cuya independencia no debe verse amenazada de ningún modo, y sin embargo cuya identidad sigue siendo una con vosotros.
Nosotros también somos canales. Solo existe una voz. En esa vibración, somos conscientes de que esa voz es la voz del Creador. Es simplemente una cuestión de elevar las vibraciones que no tienen conciencia propia del Creador. Finalmente, todas las cosas entrarán en armonía de acuerdo con vuestra comprensión.
Incluso cuando el universo para aquellos que os rodean siga siendo disonante y arduo, si vuestra mente está fija en la unidad del Creador, vuestro propio universo se tornará armónico, y esto no es por lo que hagáis vosotros, sino por el simple amor del Creador
Habrá un periodo de vuestro planeta muy traumático en vuestra ilusión física. Las razones físicas para ello son variadas. Mientras puedan, vuestros científicos ocuparán gran parte de su tiempo tratando de catalogar y describir cada una de las condiciones que darán lugar al desastre en este plano físico de vuestro planeta. Lo que dicen vuestros científicos es bastante probable, y formará parte del programa que han predicho todos los escritos sagrados que existen sobre la faz de la Tierra.
No nos está permitido ni nos es posible deciros exactamente qué hechos tendrán lugar, o cuándo, pues la vibración de la mente y el corazón de los habitantes de vuestro planeta determina y determinará los acontecimientos precisos. Existe en el planeta Tierra una gran cantidad de karma que debe ajustarse a medida que cambia el ciclo, y estas cosas se irán manifestando. No podemos decir exactamente cómo ni cuándo, ni tampoco quisiéramos, amigos míos, pues la lluvia, el viento y el fuego, destruirán únicamente aquellas cosas que se encuentran en lo que llamáis la vibración de tercera densidad. Quizá deis valor a esas cosas porque no podéis imaginar cómo sería una existencia de cuarta densidad. Os sugerimos que no paséis vuestro tiempo preocupándoos por esforzaros en mantener vuestra existencia de tercera densidad una vez que se haya completado el cambio vibratorio a cuarta densidad.
Si, en vuestro espíritu, el día de la graduación ha llegado, todo lo necesario para vuestra manifestación en cuarta densidad estará ahí para vosotros. Todo será colmado por las entidades que os ayudan y que debéis saber que están con vosotros
Es muy posible que resulten dañadas aquellas cosas con las que os identificáis en la tercera densidad. Si hablamos sin rodeos, observaréis el valle de la sombra de la muerte. Estas mismas palabras, amigos míos, han sido dirigidas a vosotros antes, y sin embargo os aferráis a ese cuerpo y a esos entornos físicos como si vuestro espíritu estuviera permanentemente ligado a ellos.
Permitidnos sugerir que no podéis hallar vuestro espíritu en vuestra cabeza, ni en vuestras manos, ni en vuestro pecho, ni en vuestras piernas, ni en vuestros pies, que no podéis hallarlo en ninguna parte; en ningún lugar podéis hacer nada para extraerlo, ni para ayudarlo.
Vuestro espíritu reside dentro de una concha. La concha puede desaparecer, pero eso no importa. El espíritu no perece.
En muy breve espacio de tiempo debe hacerse una elección, y sería preferible que todos los habitantes de este planeta comprendieran cuál es. Para muchos de ellos será difícil comprenderla, ya que es una elección que no han tenido en cuenta. Han estado demasiado inmersos en sus actividades diarias, en su confusión y en sus deseos de carácter trivial como para preocuparse por comprender la elección que van a tener que realizar muy pronto. Con independencia de que lo deseen o no, de que lo comprendan o no y de cualquier otra influencia, todas y cada una de las personas que viven sobre el planeta Tierra realizarán en breve una elección. No habrá una zona intermedia.
Estarán los que escojan seguir el camino del amor y de la luz, y los que escojan lo contrario.
Esta elección no se llevará a cabo diciendo “escojo el camino del amor y de la luz”, o “no lo escojo”. La elección verbalmente expresada no significará nada. Esta elección se medirá por la demostración que de ella haga el individuo, y será muy fácil para que la interpretemos en la Confederación de Planetas al Servicio del Creador. Esta elección se mide por lo que denominamos el ritmo vibratorio del individuo. Si un individuo va a unirse a los que eligen el amor y el discernimiento, es necesario que su ritmo vibratorio supere cierto nivel mínimo.
Actualmente hay muchos que están cerca de conseguir ese nivel mínimo, pero que debido a las constantes condiciones de pensamiento erróneo que prevalecen en vuestra superficie, o bien fluctúan en torno a ese punto, o incluso en algunos casos se desvían del camino del amor y el discernimiento. Hay muchos cuyo índice vibratorio en este momento es lo suficientemente elevado para que viajen sin dificultad a la vibración de densidad que este planeta va a experimentar en breve.
Va a haber una Cosecha, como podríais llamarla, una cosecha de almas que en breve tendrá lugar en vuestro planeta. Estamos tratando de obtener la mayor cosecha posible de este planeta. Esa es nuestra misión, pues somos los Segadores.
Para ser más eficaces, estamos tratando de crear primero un estado de búsqueda entre las personas de este planeta que tienen ese deseo.
Esto sería para aquellos cercanos al nivel vibratorio aceptable. Los que se encuentran por encima de ese nivel no son, por supuesto, de tanto interés para nosotros, pues ya han superado el curso, por así decir.
Desgraciadamente, no podemos ayudar en este momento a los que se encuentran lejos de dicho nivel, pues ahora tratamos de incrementar en un porcentaje relativamente pequeño el número de los que serán cosechados para seguir el camino del amor y del discernimiento.
Incluso un pequeño porcentaje de los que moran en vuestro planeta es un gran número, y esa es nuestra misión: actuar mediante grupos como este para difundir información de forma que pueda ser aceptada o rechazada, que pueda presentarse carente de lo que los habitantes de vuestro planeta denominan “prueba”.
No les ofrecemos una prueba concreta. Les ofrecemos Verdad. Esa es una función importante de nuestra misión: ofrecer Verdad sin prueba.
De ese modo, la motivación vendrá, en todos y cada uno de los casos, desde el propio individuo y, así, se incrementará el ritmo vibratorio individual. Facilitar la prueba, o inculcar esta Verdad de modo que la persona se vea forzada a aceptarla no surtiría efecto útil en su índice vibratorio.
Así pues, amigos míos, ese es el misterio de nuestra forma de abordar a vuestras gentes.
La Ley del Uno
Material de Ra
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