"Estos arquetipos han sido valorizados de diferente forma según los momentos históricos...siguen inscritos en la profundidad del ser humano y guían sus pasos, son modelos para construirse a lo largo de la vida.
Los griegos nos indicaron una progresión en las edades de la vida que corresponderán a la maduración de la imagen del animus.
La belleza y ambigüedad del hombre adolescente se traduce en su aspecto apasionado en la figura de Dionisos, y en su aspecto despreocupado, travieso y aventurero, en la de Hermes.
El hombre en su etapa de joven adulto entra en el combate por la vida y se orienta según tres polos: el mental, con la clara visión de un Apolo; el artístico y creativo, inspirado por Hefesto; o el guerrero que resalta en los deportes, la industria o la guerra, en la mirada de Ares.
Con la madurez, el hombre llega a una reafirmación de sí mismo, expresión del poder y de una visión colectiva más importante, simbolizada por la función real de Zeus.
La cuarta etapa masculina está relacionada con la sabiduría que posee el rostro sereno del anciano, como es el caso de Merlín, pero que a la vez, es siempre joven en su corazón. Por eso, la asociamos con Orfeo, el iniciado mago que canta el misterio de la Vida más allá de la muerte. Sus representantes son los hombres puente que sobrepasan los límites y abren caminos creando uniones que parecen imposibles, trazando nuevos horizontes. No siempre comprendidos, saben hacer presente el futuro."
Fragmentos de DIOSES INTERIORES
Autora: Laura Winckler
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