viernes, 31 de agosto de 2018

La voluntad y el deseo


La voluntad es posesión exclusiva del hombre en este nuestro plano de conciencia. Lo divide del bruto en el que sólo está activo el deseo instintivo. El deseo, en su aplicación más amplia, es la fuerza creativa en el Universo. En este sentido   es   indistinguible   de  la   Voluntad:   pero   nosotros   los   hombres   nunca conoceremos el deseo bajo esta forma mientras sólo permanezcamos como hombres. Por consiguiente, la Voluntad y el Deseo son considerados aquí como opuestos. Es así como la Voluntad es la progenie de lo Divino. del Dios en el hombre, el Deseo es la fuerza motriz de la vida animal. La mayoría de los hombres viven en y por el deseo, confundiéndolo con la voluntad. Pero  aquél  que  quiera  lograr  la  realización,  deberá  separar  la  voluntad  del  deseo,  y hacer  de  su  voluntad  el  gobernante,  ya  que  el  deseo  es  inestable  y,  siempre  está cambiando mientras que la voluntad es firme y constante. Tanto  la  voluntad  como  el  deseo  son creadores absolutos,  que  forman  al  hombre mismo  y,  las  circunstancias  que  lo  rodean.  Pero  la  voluntad  crea  inteligentemente, mientras que el deseo ciega e inconscientemente. Por lo tanto, el hombre se hace a sí mismo a la imagen de sus deseos, a menos que se cree a sí mismo a la semejanza de lo Divino a través de su voluntad, la hija de la luz. Su tarea es doble: despertar la voluntad. reforzándola por el uso y la conquista, para hacerla regidora absoluta dentro del cuerpo: y en paralelo a esto, purificar el deseo. El conocimiento y la voluntad son las dos herramientas para el logro de esta purificación.

H.P.Blavatsky

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