Qué bueno es sentarse a escucharte, a leerte, entonces aquellas palabras impresas operan la magia de la transformación y todo comienza a tornarse luminoso, la fortaleza crece, la mente se robustece, y el corazón se siente acompañado por un sabio amigo tan certero.
Hay otras lecturas que me ayudan, enseñan, transforman, a las que recurro o regreso también. Pero nadie opera el cambio de forma tan rápida y contundente como Epícteto, el Maestro estoico por excelencia para mí. Ya en mi tierna juventud, lejana, fue él quien más me impactó, tengo escrito sobre ello. Y grabé sus consejos en mi alma, de modo y forma que al practicarlos me volví más fuerte...
Con el tiempo se puede haber ganado en algo de sabiduría, no sólo por los textos leídos, sino sobre todo por la práctica de las buenas enseñanzas. También en otros instantes parece que has perdido la claridad que tenías en las primeras etapas, quién sabe... Lo cierto es que perdemos cosas y ganamos otras. Pero en medio hay almas a las que permanecemos fieles, pues fueron y siguen siendo nuestros Maestros de Vida.
Sí, hay ciclos, momentos de subida y bajada, hay enseñanzas que perdemos en la memoria, otras que permanecen fijas como las estrellas indestructibles, esos son nuestros guías seguros, a los que recurrimos siempre que hay tormenta para recuperar el centro, el rumbo, la fuerza que huye por momentos. Nos queda mucho por conquistar, en relación al sabio que vemos en su alma, que es cual un lucero maravilloso que desde las palabras luminosas alumbran el horizonte despertando el impulso mágico para seguir la marcha, renovando el esfuerzo. Sí, es como un suero especial para el alma que nos hubieran dado, que nos permite rescatar lo perdido entre las vueltas y revueltas del laberinto, para proseguir avanzando hacia lo esencial.
No existe nuestro bien y nuestro mal sino en nuestra Voluntad.
No desees sino aquello que de ti dependa.
Aparta tus temores de las cosas que por no depender de ti son inevitables y colócalos en aquellas que de ti dependen.
Mientras llegas a ese estado sereno, conténtate con desear y temer las cosas suavemente, examinándolas con cuidado y serenidad.
Líbrate del temor a la muerte, a las enfermedades o a la pobreza, porque entonces vivirás infeliz y miserable.
No depende de nosotros el ser ricos pero sí el ser felices. La felicidad que proviene de la Sabiduría perdura siempre
Nadie puede ser malo y vicioso sin pérdida segura y daño cierto
No son las riquezas las que nos preservan de los mil temores que ensombrecen nuestras vidas, sino la razón.
La vida que se entrega a las riquezas y transcurre en brazos de la suntuosidad y de la molicie, es como un torrente de agua siempre turbia, espumeante, peligrosa, enfangada, violenta, tumultuosa y pasajera; mientras que la empleada en la virtud es como manantial de agua eternamente pura, cristalina, sana, fresca e inagotable
Es tan difícil para los ricos adquirir la sabiduría como para los sabios adquirir la riqueza
Para que no se te olvide, deberías repetirte continuamente, habiéndome creado la divinidad, en mí está y conmigo la llevo siempre donde quiera que vaya.
Cómo es un ser invencible? Únicamente el que está firme en sus convicciones y no vacila por ninguna de las cosas que dependen de otros; éste y únicamente él debe ser admirado como un verdadero atleta.
No tienes que librar a la tierra de monstruos porque no naciste Hércules ni Teseo, pero puedes imitarlos librándote tú mismo de los monstruos formidables que llevas en ti.
No es fácil dejar de cometer faltas, pero sí lo es tratar por todos los medios de no cometerlos...
Epicteto
Sigo contigo escuchándote...reflexionando, recordando... tan cerca de ti...aquí no hay tiempo ni espacio que nos distancie, estás ahí en tus sabios consejos del alma curtida, guerrera, sabia... Gracias por siempre mi gran amigo...
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