sábado, 19 de enero de 2019

A mi querido gorrión...



A mi querido e inolvidable gorrión:

Mi pequeño espíritu guardian... dónde estás, cómo está mi pequeña familia de pajaritos? Seguís por allí esperándome, o marchastes del lugar al partir yo. No te vi los últimos días, desapareciste antes de irme. Quizás al ver tantas cajas en la terraza. Las circunstancias o la prudencia... hicieron que tomara la decisión de buscar nuevo apartamento y echándole todo el valor que tengo, partí de mi rincón de paz y sanación. Tocaba alejarme de aquel pedazo de cielo, en medio de la tormenta, que me regalaron los dioses...La odisea continuaba, tenía que comenzar una nueva etapa, nuevas aventuras esperaban, nuevas experiencias y enseñanzas. Aún quedaba mucho por hacer.

Todos los días os recuerdo, a ti especialmente, a las golondrinas que por la mañana saludaba mientras giraban sobre mi cabeza, y a las gaviotas que también me visitaban de tanto en tanto. Al cielo y al Sol que casi tocaba con mis dedos a esas alturas...todo aquello va en mi alma grabado por siempre y es ya parte de mi rincón dorado y secreto en el corazón. Os quiero muchísimo mis pequeños y mágicos pajaritos. No sé quién os envío a cuidarme y acompañarme, quien os encargó ese trabajo, quiénes eráis realmente, aunque intuyo que algún ser que me ama mucho lo hizo. ¿quién será?

Aquí donde ahora vivo temporalmente también un pequeño gorrión aletea sobre mi balcón algunas mañanas, pero no se queda, me avisa a veces de la salida del sol para que suba a verlo... ¿será él...siempre pienso. O pertenecerá a la misma familia que me cuida...? Pasados unos días veo que son tres, vienen a comer por las mañanas, como allí. Será mi pequeña familia de gorriones?

Hubo tanta magia en aquellos años, en aquel lugar rodeándome...había tanta paz, tanto cielo y mar para contemplar incluso desde casa...era como estar en un sitio muy familiar, conocido...en el paraíso.

Aún te veo y recuerdo... incluso momentos que me hablaban de un pasado lejano que revivía en la luz y el calor del atardecer cuando apenas el aire rozaba las cortinas...

Algo de nosotros queda en los lugares es bien cierto...algo había...y algo más quedó por allí...aún contemplan mis ojos en la distancia la terraza iluminada por la luz de la luna llena como un Gran Grial abierto al cielo. Cuántas noches en esos años lo vi...cuánta belleza me regalaste Vida, silenciosamente. 

Mi entrañable e inolvidable gorrión, mi pequeño Horus, Dios te bendiga eternamente y te guarde de todo mal, vas en mi corazón por siempre, nos volveremos a encontrar, o mejor dicho, no nos separaremos nunca ya. Bendita Señora y Madre, gracias eternas por tus regalos, tu magia sanadora y tanta e inmensa Sabiduría. 

Comienza otra etapa en un nuevo lugar, estamos en pleno proceso de curación total, la odisea del alma continua...adelante, siempre adelante

Gracias, gracias, gracias. BENDICIONES mi fiel gorrión, mensajero del cielo...


19 Enero 2019
D.V.-Nefertum
LA ODISEA DEL ALMA

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